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Así es el Señor, suele hacerse encontradizo en los momentos y de las maneras menos esperados: un libro, una persona, un acontecimiento... En la Misa inaugural de su Pontificado Benedicto XVI recordaba que «Sólo cuando encontramos en Cristo y que nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo» (Benedicto XVI, Homilía del 24 de abril de 2005).
Dejémonos alcanzar por Él, su Reino y su presencia puede llegar incluso hasta en lo más insignificante, como «un granito de mostaza» o «un poco de levadura» (Mt 13,31-35). Es el misterio de las cosas pequeñas y de lo ordinario como lo que nos sucede «entre semana». ¡Feliz lunes, feliz encuentro con el Señor de la mano de su Madre!
Padre Alfredo.
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