
Muchos autores y pensadores de la historia han reflexionado sobre el paso del tiempo y cómo la vorágine del día a día nos influye irremediablemente y nos lleva a no captar la idea de dedicar uno o dos días al descanso. ¡Tenemos que decirle al Señor: ¡Dios mío, ayúdame a descansar, porque cansarme, puedo yo solo!
Qué buena oportunidad tenemos de ver el viernes como la puerta de un tiempito de descanso. El hombre y la mujer de fe, debe aprender cada día a leer «los signos de los tiempos». ¿A dónde conducirá una vida en la que no hay espacio para el descanso? ¿Hacia donde se puede llegar con estar siempre estresados corriendo de un lado a otro. Hoy es viernes, muchos cierran hoy la semana laboral o de estudios, algunos regresan cansadísimos de unas vacaciones agobiantes... ¡Es viernes y hay que preparar un fin de semana que, aunque vaya tan de prisa como el resto de los días del calendario, marque una oportunidad para descansar.
Padre Alfredo.
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