Parece mentira pero... ¡Ya es viernes! La vida va tan de prisa como los aviones y trenes bala de hoy en día. Parece que no termina uno de arrancar la hojita del calendario o de darle vuelta a la agenda cuando ya se terminó el día y hay que pasar a otro. Alguien decía por ahí que la nueva moneda del siglo XXI es el tiempo. En esta sociedad globalizada, vivimos en un constante cambio, en donde todo evoluciona rápidamente. Muchos viven la semana sumidos en rutinas estresantes viendo cómo el tiempo se escapa de las manos sin que de oportunidad de muchas cosas. El viernes, debe ir tomando un tinte especial que invite a ir preparando el descanso, del fin de semana... pero, ¿sabemos los habitantes del siglo XXI descansar el fin de semana?
Muchos autores y pensadores de la historia han reflexionado sobre el paso del tiempo y cómo la vorágine del día a día nos influye irremediablemente y nos lleva a no captar la idea de dedicar uno o dos días al descanso. ¡Tenemos que decirle al Señor: ¡Dios mío, ayúdame a descansar, porque cansarme, puedo yo solo!
Qué buena oportunidad tenemos de ver el viernes como la puerta de un tiempito de descanso. El hombre y la mujer de fe, debe aprender cada día a leer «los signos de los tiempos». ¿A dónde conducirá una vida en la que no hay espacio para el descanso? ¿Hacia donde se puede llegar con estar siempre estresados corriendo de un lado a otro. Hoy es viernes, muchos cierran hoy la semana laboral o de estudios, algunos regresan cansadísimos de unas vacaciones agobiantes... ¡Es viernes y hay que preparar un fin de semana que, aunque vaya tan de prisa como el resto de los días del calendario, marque una oportunidad para descansar.
Padre Alfredo.
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