¡Feliz y bendecido martes! La aclamación del Aleluya de la Misa de hoy, tiene una pequeña frase del salmo 94, que es el salmo que en la Liturgia de las Horas, comúnmente se reza como "invitatorio" para cada día: "Hagámosle caso al Señor que nos dice: 'No endurezcan su corazón'" (Sal 94,8).
Vivimos en un mundo tan materializado, que muchos viven con un corazón endurecido, un corazón que ha perdido la sensibilidad, un corazón que tal vez se ha endurecido a través de los años... por muchas cosas se puede endurecer un corazón. ¡No endurezcamos el corazón! Hoy tenemos la oportunidad de trabajar en reblandecerlo, el nuestro y el de quienes se cruzan en nuestro camino. El Papa Francisco ha dicho al respecto: "Escuchen hoy la voz del Señor. ¡No endurezcan su corazón!’. El Señor siempre nos habla así, también con ternura de padre nos dice:‘Vuelvan a mí con todo su corazón, porque soy misericordioso y piadoso’. Pero cuando el corazón es duro esto no se comprende. La misericordia de Dios sólo se comprende si tú eres capaz de abrir tu corazón, para que pueda entrar”.
¿Cómo anda mi corazón? Una sonrisa, un pequeño favor, una mirada, un abrazo... Nuestro mundo nos espera hoy, y nos espera, aguardando esos pequeños y grandes gestos de humanidad, que hoy más que nunca se hacen signo de esperanza. Disfrutar de la compañía y la presencia de los otros, acompañar a aquellos que más lo necesitan… con Él y como Él… ¡Con la ternura de su Corazón!
Padre Alfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario