sábado, 29 de julio de 2017

Los nueve martes a Santa Marta*... y la leyenda del dragón

De Santa Marta no se sabe mucho, lo único que se puede afirmar con certeza es que era una mujer de fe, cercana a Jesucristo, que le atendió en su propia casa. En su boca el Evangelista Juan pone una de las declaraciones de fe más grandes del Evangelio “Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”. Las leyendas nos hablan de su familia, o si estuvo junto a la cruz del Señor, cosa probable, puesto que Mateo dice estaban allí "muchas mujeres que le habían seguido desde Galilea”. Todo lo demás, pertenece a leyendas muy posteriores y de sabor medieval, sin ningún crédito, pero que como forman parte de la devoción, la cultura y el arte de siglos, pues lo resumo aquí:

Cuenta una leyenda medieval que los santos hermanos Lázaro, Marta y María se fueron a vivir a la Provenza francesa después de la resurrección del Señor y que fueron los evangelizadores de la zona. Se dice que en un bosque, situado entre Arles y Avignon , había por aquel tiempo un dragón. Esta fiera a veces salía del bosque, se sumergía en el río, volcaba las embarcaciones y mataba a cuantos navegaban en ellas.

Santa Marta, atendió los ruegos de la gente de la co­marca, y dispuesta a liberarla definitivamente, se fue al bosque a buscar a la fiera; la halló devorán­dose a un campesino. Santa Marta se acercó sin temor, la roció con agua bendita y le mostró una cruz. La bestia, al ver la cruz y sentir el contacto con el agua bendita, se tornó mansa como una oveja. Santa Marta se acercó nuevamente a ella, la amarró por el cuello con el cordón de su túnica, la sacó a un claro, y allí los hombres de la comarca le dieron muerte. Desde entonces, el lugar comenzó a lla­marse Tarascón porque el nombre del Dragón eta "La Tarasca".

Una vez que terminó con la fiera que era el azote de la comarca, Santa Marta, decidió dedicarse al ayuno y la oración en aquel bosque y pronto se le unieron varias mujeres. Edificó entonces una ba­sílica dedicada a la Virgen María, y un convento anexo en el que todas ellas organizaron su vida en comunidad a base de penitencia y oración. Es probable que "La Tarasca" (o dragón de Santa Marta) haya sido en realidad un reptil llamado "Dragón de Komodo" ya que tiene la apariencia de un dragón, sin embargo considero que el folclore y la creencia popular presentó este hecho un tanto extravagante con respecto a la bestia. Pero este hecho (Por muy extravagante que parezca) nos enseña que la gracia de Dios siempre vence y vencerá a las fuerzas del mal y por eso a santa Marta se le pide que interceda ante Dios nuestro Señor para causas muy difíciles de superar.

Desde tiempos inmemorables se tiene la devoción de hacer esta oración a Santa Marta durante  nueva martes seguidos:

¡Oh Santa Marta Milagrosa!
me acojo a tu amparo y protección,
entregándome por completo a ti
para que me ayudes en mi tribulación
y en prueba de mi afecto y acción de gracias, 
te ofrezco propagar tu devoción 
que te hago, desde luego.

Consuélame en mis penas y aflicciones,
te lo suplico por la inmensa dicha
que alegró tu corazón 
al hospedar en tu casa de Betania 
al Salvador del mundo;
intercede por mí y por toda mi familia 
para que conservemos 
en nuestros corazones a nuestro Dios
para que sean remediadas nuestras necesidades 
y en especial, ésta que ahora me aflige
(Haz aquí tu petición).

Te suplico venzas las dificultades
como venciste al dragón que tienes a tus pies. 
Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Sepulcro de Santa Marta en Tarascón
*Oración muy antigua con aprobación eclesiástica.

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