Si algo abunda en el mundo en el que vivimos, son las palabras, ya sea escritas —como tantas que comparto yo cada día— hablada, cantadas —en cualquier sentido— o pensadas. Los medios de comunicación han hecho que abunden y sobreabunden tanto, que a veces de tantas palabras que nos llegan nos confunden y nos quedamos sin entender mucho de lo que se dice o se lee.
Cada domingo nos congregamos como comunidad de creyentes a escuchar la Palabra de Dios, esa «Palabra» que debe ocupar el lugar más central y privilegiado que puede existir en nuestra comunidad de hombres y mujeres de fe. Pero, ¿si captamos lo que la Palabra de Dios quiere decirnos?
La Liturgia de la Palabra es esencial en la Misa dominical. Es al Señor a quien hay que leer y escuchar. La homilía es una conversación familiar en torno a esa Palabra, pero, si no estamos atentos a las lecturas de la Misa, poco harán las palabras del predicador en nuestro corazón. Hay que pedir a la Virgen María, la «mujer de escucha», que nos ayude a estar atentos a esta parte de la celebración. Además hoy es 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. ¡Felicidades a todos y todas las que llevan el nombre de Carmen.
Es domingo y es día de ir a escuchar la Palabra que el «Divino Sembrador» quiere poner en nuestro corazón. ¡Vamos a Misa!
Padre Alfredo.
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