Hoy Jesús está de visita en un tiempo de descanso, porque Jesús también sabe descansar y nos enseña a ello. Seguramente está, como siempre, dando alguna enseñanza que el evangelista no nos detalla, pero que con justa razón podemos pensarlo, porque Jesús, eso sí, no desaprovecha ninguna oportunidad para dejar un mensaje de la Buena Nueva. María está a sus pies escuchando atentamente, mientras que Marta, no para de hacer el quehacer del hogar y se siente abrumada porque María, por estar con Jesús, no le ayuda. Quizá era tanta la confianza que las dos sentían con Jesús que lo veían como de la casa, pero aún con eso, Marta debe entender que hay tiempo para todo y que ante su presencia hay que hacer un alto en las tareas domésticas y escucharle.
El pasaje es interesante, por supuesto, también en el contexto actual en donde el trabajo de la casa nunca se termina al igual que el trajín del trabajo en la oficina o en la escuela, aún en tiempo de pandemia. Con este relato Jesús nos enseña que hay que saber tomar los momentos de oración como momentos de descanso para estar con él… ¡ya habrá tiempo para lo demás! Y no es, entonces, que Jesús esté en contra de las tareas de casa, en ellas ocupó bastante tiempo su Madre santísima, pero en medio de aquello, seguramente tendría sus momentos de oración, y eso es lo que Jesús nos quiere decir. No es que esté en contra del trabajo de Marta, pero en medio de las actividades normales de la vida hay que hacer un alto para escoger la mejor parte, que es dedicar un tiempo especial a Jesús. A la luz de esto podríamos preguntarnos si somos capaces de dejar a un lado el trabajo por unos momentos para elevar una jaculatoria, para rezar el Rosario, para hacer alguna de las horas litúrgicas… en fin, creo que la enseñanza queda bastante clara. Que María Santísima nos ayude a escoger la mejor parte, que es estar con Jesús. ¡Bendecido martes!
Padre Alfredo.
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