La hermana Asunción Morishige Mayumi fue una religiosa Misionera Clarisa que fue llamada por el Señor a dejar este mundo para entrar en la vida eterna el el viernes 28 de mayo de 2021 a las 7:35 de la mañana. Fue una religiosa ejemplar cuya vida puede inspirar a otras almas a seguir al Señor, ya que en la medida en que la vida consagrada se deja conducir por el Espíritu se convierte en una de las huellas concretas que Dios deja en la historia para que los hombres puedan descubrir el atractivo y la nostalgia de la belleza divina.
La hermana Asunción nació el día 3 de enero de 1935 en la ciudad de Hiroshima, Japón, esa ciudad que todos en la historia recordamos por que 10 años después del nacimiento de Asunción, estalló la bomba atómica que causó la muerte instantánea de cerca de 80,000 personas y dejó heridas a decenas de miles más.
Los estudios de primaria, secundaria y bachillerato los realizó allí en su pueblo natal, sobreviviendo a los estragos que había causado la bomba. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Yokohama, lugar donde el 14 de agosto de 1954 recibió el Sacramento del Bautismo. Su nombre de pila fue María Dolores.
Por designios de Dios, mientras realiza sus estudios superiores, ingresó a la residencia para jóvenes Santa Elizabeth, lugar a cargo de la congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Estando allí, el Señor le hizo una invitación especial: “Ven y Sígueme” le dijo, y ella en respuesta a este llamado ingresó con las Misioneras Clarisas el 15 de agosto de 1958, recibiendo el nombre de Asunción. El 8 de diciembre de 1961 hizo su primera profesión religiosa.
La hermana Asunción se caracterizó, desde sus primeros días en el convento, por ser una hermana muy sencilla, sociable, alegre, amante de la vida de comunidad y muy entregada a su apostolado, ganándose el cariño de los niños, padres de familia y maestras con las que compartió en los diversos apostolados que realizó. El 2 de abril de 1967 hizo sus votos perpetuos.
La hermana Asunción hizo sus estudios superiores para maestra de primaria, preescolar y se especializó en el método Montessori, estudios que siempre puso a disposición de la congregación, sirviendo como educadora en los kínder y guarderías que han atendido las comunidades de Karuizawa, Tokyo, Iida y Oizumi. Así, en una dinámica entrega, vivió toda su vida religiosa hasta que la enfermedad se hizo presente y la fue imposibilitando.
Fue desde la década de los noventas en que la cruz de la enfermedad le visito en varias ocasiones, superando cada una de las diversas enfermedades con paciencia y buen ánimo. Desde el año 2010 pasó a formar parte de la comunidad de Oizumi, allí mismo, en Japón, donde compartía su vida comunitaria sirviendo en los quehaceres de casa, reviviendo las tareas de la casita de Nazareth siempre con un gran amor a María Santísima.
Poco a poco su salud se fue debilitando más y más y con el paso del tiempo requirió atención continua y especializada, por tal motivo y habiendo recibido el sacramento de la unción de los enfermos, se le internó en una residencia especializada a 5 minutos de la casa religiosa. Allí podía ser acompañada por las hermanas y recibir todos los cuidados necesarios las 24 horas del día.
En esta condición tan especial de la hermana Asunción, el Señor, con su poder Redentor, fue transformando el sufrimiento en entrega misionera, en una etapa de comunión en la caridad, en tiempo de compasión y misericordia, llegando al extremo de llevar a la hermana a abrazar la Cruz, como ofrenda de amor para gloria del Padre y salvación de la humanidad.
El día 26 de mayo de 2021, después de haber pasado su día con normalidad, se retiro a su habitación para el descanso nocturno, pero al día siguiente no despertó, permaneciendo en un estado de inconciencia, debido a una hemorragia cerebral. Momento en el que nuestro buen Dios decidió que la hermana Asunción, a la edad de 86 años, ya se encontraba preparada para recibir el abrazo eterno con el que le daba la bienvenida para hacerla partícipe de las Nupcias Eternas y así pasó dos días hasta que dejó este mundo.
Todo su celo misionero se vio acompañado en esta larga etapa con dolores ofrecidos que, como misionera, le llevaron seguramente a alcanzar abundantes frutos para mayor gloria de Dios y extensión de su Reino.
Descanse en paz nuestra querida hermana Asunción Morishige Mayumi.
Padre Alfredo.
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