Del corazón sin fronteras de la Beata María Inés Teresa Arias, brotó en 1979 la fundación de los «Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal» como parte de una familia misionera fundada por ella misma y hoy conocida como «Familia Inesiana», integrada por las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, el grupo sacerdotal Madre Inés, las Misioneras Inesianas Consagradas, Van-Clar y la Familia Eucarística.
En noviembre 23 de 1979 la beata inició esta obra de los misioneros confiando en la Divina Providencia y alentando a un grupo de jóvenes que sentían sus anhelos misioneros identificados con los que ella tenía como móvil de su ser y quehacer como misionera sin fronteras.
La tarea de los Misioneros de Cristo en el mundo actual es extender el Reino de Dios con la urgencia de la nueva evangelización, implantando la Iglesia en donde aún no ha sido establecida y reanimando a las comunidades en el espíritu misionero. Anunciamos el evangelio a creyentes y no creyentes en un amplio campo de apostolado.
Actualmente, con presencia en México y en Sierra Leona (África), tenemos tres Casas y dos Parroquias y uno de nuestros hermanos trabaja en otra parroquia como vicario parroquial, además del arduo trabajo que desarrollamos en diversos campos de la pastoral y en las misiones populares.
Fuimos fundados para la misión «Ad Gentes» y buscamos dar respuesta al llamado que nos hace el Concilio Vaticano II dando a conocer a Dios y el amor de Santa María de Guadalupe, Patrona de la familia misionera a la que pertenecemos.
Compartiendo con mucha gente, en nuestras comunidades la fe, en el despertar de este nuevo milenio, trabajamos para seguir esculpiendo el rostro de Cristo en un campo difícil y alicaído por la presencia de numerosas sectas y de un mundo que se debate entre el odio y la violencia, la tristeza y el desánimo.
En Michoacán, en el poblado El Tigre, está la Casa «Don Vasco de Quiroga», espacio de formación para sacerdotes, religiosos y laicos que quieren acrecentar su espíritu misionero al estilo de la beata Madre María Inés. Alentar a los misioneros es vital para el crecimiento del instituto, de la Iglesia, de la evangelización. A través del acompañamiento y de la vivencia de la fe, hacemos presente la palabra y la presencia eucarística de Cristo en las comunidades de la zona lacustre de Pátzcuaro. En el proceso de desarrollo de estos pueblos y rancherías es siempre urgente la presencia misionera que apoye su identidad y les alcance una promoción humana y digna de valores.
En la arquidiócesis de Monterrey, en donde está nuestra Casa Fundacional, se nos ha encomendado la parroquia, «Nuestra Señora del Rosario en San Nicolás», donde tenemos siempre un desafío, el reto constante de la nueva evangelización, buscando hacer presente a Cristo en medio de una urbe gigantesca y aglomerada, necesitada de espacios para el desarrollo integral del ser humano.
En Cd. Benito Juárez, N.L. está enclavada la Casa de Formación de nuestro instituto, un Seminario Misionero que dé cabida a nuestros formandos de distintas etapas, especialmente los estudiantes de Filosofía y Teología en un lugar en el que nuestros alumnos que se preparan al sacerdocio y a la vida consagrada encuentran paz, tranquilidad y armonía en un una casa de oración para adquirir la suficiente madurez. Esta casa está abierta a quienes quieran forjar su vocación misionera, alimentándose de la vida de comunidad y a quienes quieran encontrar un espacio para reflexionar.
En África, en Sierra Leona, tenemos la parroquia de «Nuestra Señora del Rosario» en un lugar llamado Mange Bureh, en donde, en la misión directa, evangelizamos, ayudados por voluntarios laicos y por nuestras hermanas Misioneras Clarisas, una gran cantidad de villas. Cada día, nuestros misioneros se internan en la selva y en los diversos parajes para llevar la Buena Nueva a quienes aún no han oído hablar de Dios. Esta misión es, con toda verdad y razón, el pulmón de esta obra creada para ir a llevar la Palabra de Dios y los Sacramentos a los más pobres y alejados de nuestra tierra.
La Casa Fundacional de nuestro instituto, está ubicada en el municipio de San Nicolás de los Garza, N.L., donde están las oficinas centrales de los misioneros de Cristo: Esta es la casa que recibe a los nuevos aspirantes a la congregación. Desde 1983, se realiza, allí, un trabajo constante de evangelización que sigue presentando el camino de Cristo en un mundo pujante e industrializado.
Gracias a la entrega de cada Misionero de Cristo y al apoyo que nos brinda la Familia Inesiana y todos ustedes, bienhechores, amigos, familiares que, con su oración ferviente y su corazón generoso, hacen posible que nuestra familia misionera cumpla su misión evangelizadora, llegamos este 23 de noviembre de 2012 a nuestro XXXIII Aniversario de Fundación.
Con mucha gratitud e inmenso cariño, los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, ofrecemos las Misas, las oraciones, los trabajos de cada día, por ustedes y sus familias, pidiendo al Señor que Él sea su mejor recompensa dándoles paz, salud, bienestar y la esperanza del cielo.
Estamos seguros de que al alentar esta obra, su vocación misionera se acrecienta y el deseo de que todos conozcan y amen a Dios y a su Madre Santísima, se hace cada día más grande.
Padre Alfredo.
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