Esta oración la rezaba papá en su etapa de la ancianidad. Fue un gran admirador e imitador de san Francisco de Asís y la conservaba dentro de un libro sobre la vida del santo que mis primas Laura, Adriana y Celina le regalaron el 18 de mayo de 1982 por el día de su cumpleaños:
Gran Señor del Universo y Padre Nuestro,
tus hijos ponen ante ti el alma de rodillas
para suplicarte, por el amor que derramas sobre tus creaturas,
que las generaciones de los que ahora son niños,
la de los jóvenes, la de los maduros,
todas las generaciones lleguen a cumplir,
según tu Corazón, tus santos designios,
en los días que les concedas caminar sobre la tierra.
Te lo rogamos con fervor,
Amo y Dueño del cosmos,
que aunque Tú no tienes edad,
la creatura humana,
para rendirte máximo homenaje,
ha querido representarte
como el Gran Anciano. Amén.
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