lunes, 10 de agosto de 2020

«Catalina Takizawa, una vida tocada por María... Vidas consagradas que dejan la huella de Cristo LXVI

Hay vidas consagradas que en poco tiempo, logran dejar plasmada la huella de Cristo. Este es el caso de la hermana misionera Catalina Takizawa, que nació el día de Virgen Dolorosa, fue bautizada ya jovencita, tras convertirse al catolicismo, el 15 de agosto de 1958 en la fiesta se la Asunción de María. Ingresó al convento de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento el 25 de marzo de 1959, festividad de la Anunciación a María. Empezó su formación inicial con el postulantado el 31 de mayo de 1962, fiesta de la Visitación de santa María a su parienta Isabel y tomó su hábito el 8 de septiembre de 1963 en la fiesta de la Natividad de María. Por todo esto podemos decir que la vida de la hermana Catalina estuvo tocada por María, pues cada uno de los pasos más importantes de su vida de fe, los dio en fechas dedicadas a la Santísima Virgen.

Catalina fue una mujer enamorada de su vocación a la vida religiosa y misionera, con grandes sueños por vivir el ideal misionero. Luchó para mantenerse fiel al llamado del Señor, pues sus padres estaban en contra de su vocación queriéndola casar, a la usanza de aquellos tiempos en el Japón budista y sintoísta. Catalina rogó a sus superioras que la enviaran a cualquier casa y trabajo apostólico para salvar su vocación, cosa que a lo largo de su corta vida consagrada, agradeció. Pues murió el 7 de mayo de 1966 muy joven.

Fue una misionera con un gran amor a la pobreza, que nunca confundió con el descuido, pues todas su ropa y sus cosas estaban siempre limpias y bien cuidadas. Remendaba su ropa haciéndola durar lo más posible antes de pedir algo nuevo.

Su amor al Santísimo Sacramento la mantuvo firme en su fe y en la vocación. Puntualmente estaba en todos los actos que se desarrollaban en la capilla, siempre llegaba primero y sus ratos libres los pasaba con Jesús Sacramentado. El Señor la llamó muy pronto pero su ejemplo de vida dejó huella en quienes le conocieron y convivieron con ella.

Descanse en paz la hermana Catalina Takizawa.

Padre Alfredo.

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