Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios,
a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora,
te adoro y venero la llaga causada
por el peso de tu cruz
que abriendo tus carnes desnudo los huesos de tu hombro sagrado
y de la cual tu Madre Dolorosa tanto se compadeció.
También yo, oh carísimo Jesús,
me compadezco de Ti y desde el fondo de mi corazón te glorifico
y te agradezco por esta llaga dolorosa de tu hombro
en la que quisiste cargar tu cruz por mi salvación.
¡Ah! por los sufrimientos que padeciste
y que aumentaron el enorme peso de tu cruz,
te ruego con mucha humildad,
ten piedad de mi pobre criatura pecadora,
perdona mis pecados y condúceme al cielo
por el camino de la cruz.
Se reza siete veces el Ave María y se agrega:
Madre santísima imprime en mi corazón
las llagas de Jesucristo crucificado.
Oh dulcísimo Jesús,
no seas mi juez sino mi salvador...
(Indulgencia parcial al rezarla)
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