lunes, 2 de marzo de 2015

«Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras»... HORA SANTA 7 Cuaresma



«Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras»
(Hb 10, 24)

CANTO PARA LA EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO:

"A TI LEVANTO MIS OJOS" (Salmo 122)

A TI LEVANTO MIS OJOS,
A TI QUE HABITAS EN EL CIELO;
A TI LEVANTO MIS OJOS,
PORQUE ESPERO TU MISERICORDIA.


1. Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.

2. Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor
esperando su misericordia.

3. Misericordia, Señor, misericordia,
ue estamos saciados de burlas;
misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios.

4. Nuestras almas están saciadas
del sarcasmo de los satisfechos;
nuestras almas están saciadas
del desprecio de los orgullosos.

Ministro: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Ministro: El Señor esté con ustedes.

Todos: Y con tu Espíritu.

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO:
Se expone reverentemente el Santísimo Sacramento

Guía: La vida del cristiano en la tierra es una peregrinación hacia la casa del Padre. En esta peregrinación, el Señor nos llama a la continua conversión, y este tiempo de la Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: «la caridad». El Papa Benedicto XVI nos motiva en este tiempo privilegiado invitándonos a  «Fijarnos los unos en los otros para estimularnos en la caridad y las buenas obras» (Hb 10,24). Él nos recuerda que la Cuaresma nos ofrece un espacio para la oración y para que crezcamos en el compartir. Eso queremos hacer en esta Hora Santa, orar juntos para que el Señor aumente en nosotros la caridad. Atendiendo a su invitación a la conversión en el «darse», nos ponemos ante la presencia de Jesús Eucaristía y le pedimos que vivamos en esta cuaresma aceptando este llamado a compartir.

En estos momentos de oración vamos a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, ya que estamos ante su presencia eucarística, pero, también desde aquí, y sin dejar de mirarlo a Él, vamos mirar a los demás con sus necesidades, con sus anhelos, con todo lo que sabemos que nos pide ejercer la caridad hacia los demás.

Empecemos reconociendo nuestra pobreza, nuestra condición de pecadores deseosos de estrenar un corazón nuevo. Adentrémonos en las palabras del salmista que nos invita a la conversión:

ORACIÓN CON EL SALMO 50

Lector 1: Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Lector 2: pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo peque, cometí la maldad que aborreces.
Guía: en la sentencia tendrás razón, en el juicio brillara tu rectitud. Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Todos: te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedare limpio; lávame: quedare más blanco que la nieve.
Lector 1: hazme oír el gozo de la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mí pecador tu vista, borra en mi toda culpa.
Lector 2: ¡Oh Dios! Crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro  no me quites tu santo espíritu.
Guía: devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñare a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
Lector 1: Líbrame de la sangre, ¡Oh Dios, Dios, salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia, Señor, me abrirán los labios, y mi boca pronunciara tu alabanza.
Lector 2: los sacrificios no te satisface; si te ofrecieran un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
Guía: Señor, por tu bondad, favoreces a Sion, Reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptaras los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolaran novillos.

Todos: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

Reflexión. Meditación personal. 

Guía: Cada año, el tiempo de Cuaresma actualiza esa llamada a la conversión en el compartir. Es lo que llamamos: "Limosna". Le rogamos al Señor, presente en la Eucaristía, que nos cambie el corazón de piedra por un corazón de carne, semejante al suyo; un corazón lleno del Espíritu Santo, purificado de todo afecto desordenado, deseoso de alimentarse de la Palabra, libre de toda atadura, disponible a la voluntad del Padre para darse y para dar como Él, que pasó por el mundo haciendo el bien.

Todos: Jesús, que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero.

Lector 1: La Cuaresma es tiempo de preparación para el Triduo Pascual, centro y cumbre del Año litúrgico, celebración intensa del acontecimiento esencial de nuestra fe: "La muerte y resurrección de Jesucristo".

Todos: Jesús, que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero.

Lector 2: Esta Hora eucarística, en el tiempo de Cuaresma, queremos vivirla adorando a Jesús Sacramentado y escuchando su Palabra: el Cristo vivo que contemplamos en su presencia eucarística es el mismo Cristo-Palabra que nos habla en su Evangelio y nos invita a salir al encuentro del hermano pobre y desamparado, del vecino que está solo, del pariente alejado, del prójimo, que necesita de nuestro amor.

Todos: Jesús, que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero.

Lector 1: El Cristo que nos habla es el Cristo que se parte y se queda con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Es el mismo Jesús que nos enseña a rechazar el mal cuando somos tentados por el egoísmo, a rechazar el mal con la fuerza y la verdad de su Palabra. Así nos lo muestra en su combate en el desierto: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4,4).

Todos: Jesús, que todos te conozcan y te amen es la única recompensa que quiero.

CANTO PARA MEDITAR:

"TU PALABRA ME DA VIDA" 

TU PALABRA ME DA VIDA,
CONFÍO EN TI, SEÑOR.
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ. 


1. Dichoso el que con vida intachable,
camina por la senda del Señor,
dichoso el que guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

2. Postrada en el polvo está mi alma,
devuélvame la vida tu palabra.
Mi alma está llena de tristeza,
consuélame, Señor, con tus promesas.

3. Escogí el camino verdadero,
y he tenido presente tus decretos.
Correré por el camino del Señor,
cuando me hayas ensanchado el corazón.

4. Este es mi consuelo en la tristeza,
sentir que tu palabra me da vida.
Por las noches me acuerdo de tu nombre,
recorriendo tu camino dame vida.

4. Repleta etá la tierra de tu gracia;
enséñame, Señor, tus decretos.
Mi herencia son tus mandatos,
alegría de nuestro corazón.

LITURGIA DE LA PALABRA:


Del Profeta Joel (2,12-18).

Esto dice el Señor: Todavía es tiempo. Vuélvanse a mi de todo corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse al Señor, Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta. Se compadezca de nosotros y nos deje una bendición, que nos haga posible las ofrendas y libaciones al Señor. Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen a la asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aún a los de pecho. Que el casado deje su alcoba y su tálamo la mujer casada. Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo: Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las naciones. Que no digan los paganos: ¿dónde está el Dios de Israel? Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su pueblo. Palabra de Dios.

Todos: Te alabamos Señor.

Reflexión. Meditación personal.

Guía: ¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina. Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna que nos invitan a ser como tú.

Lector 1: Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que te miraba tu Madre: con aquella devoción con que te seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón.

Guía: Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar este momento para hacerte compañía. Concédenos, oh Jesús, responder a la invitación del Santo Padre, porque sabemos que para crecer en la caridad es necesario, en primer lugar, fijarnos en Ti, Palabra que te hiciste carne entre nosotros (Cf. Jn 1, 14).

Lector 1
Mirar a Jesús conlleva convertir nuestro corazón a Dios que nos permita no sólo “ver a Jesús” (Cf Jn 12, 21), sino profundizar en las riquezas del misterio pascual de Cristo para que, renovados en la penitencia, podamos disfrutar de los frutos de la redención, porque “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Cf. Jn 15,13).

Lector 2: Míranos, tú también a nosotros Señor; somos tus hermanos y amigos, a quienes tantas veces haz alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre. ¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.

Guía: Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de estas palabras: "Si yo no tengo amor, yo nada soy, Señor".

CANTO PARA MEDITAR:

"SI YO NO TENGO AMOR"

SI YO NO TENGO AMOR,
YO NADA SOY SEÑOR.
SI YO NO TENGO AMOR,
YO NADA SOY SEÑOR.


1. El amor es comprensivo,
el amor es servicial,
el amor no tiene envidia,
el amor no busca el mal.

2. El amor nunca se irrita,
el amor no es descortés,
el amor no es egoísta,
el amor nunca es doblez.

3. El amor disculpa todo,
el amor es caridad,
no se alegra de lo injusto,
sólo goza en la verdad.

4. El amor soporta todo,
el amor todo lo cree,
el amor todo lo espera,
el amor es siempre fiel.

5. Nuestra fe, nuestra esperanza,
junto a Dios terminarán;
el amor es algo eterno,
nunca, nunca pasará.

Reflexión. Meditación personal. 

CANTO PARA MEDITAR:

"DONDE HAY CARIDAD Y AMOR"

DONDE HAY CARIDAD Y AMOR, ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR,
ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR.

1. Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,
los hermanos compartiendo en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,
celebramos su memoria y la entrega de su amor.

2. Invitados a la mesa del banquete del Señor,
recordamos su mandato de vivir en el amor.
Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que él nos da,
y también en el hermano, si lo amamos de verdad.

3. Este pan que da la vida y este cáliz de salud
nos reúne a los hermanos en el nombre de Jesús.
Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su resurrección.

ACCIÓN DE GRACIAS:

(Los 2 lectores van alternando las diversas oraciones y la asamblea, despacio, las va repitiendo. A la vez, como gesto visible de caridad, se irán acercando diversas personas hasta el lugar donde está reservado el Señor los diversos símbolos que se proponen. Pueden ser añadidos otros o ser suprimidos algunos según las características de los asistentes, comunidad, oración, etc.)

Gracias, Señor, por tu Palabra, que nos invita a ser caritativos como tú, ayúdanos a que de nuestra boca salga siempre un mensaje edificante hacia quienes nos escuchen.
(Se ofrece una Biblia y se abre dejándola en un lugar visible y mirando a la asamblea)

Gracias, Señor, por el tiempo de Cuaresma, que nos invita a compartir lo que somos, lo que sabemos hacer y lo que tenemos, con los demás.
(Se presenta como signo de conversión un recipiente con ceniza)

Gracias, Señor, por enseñarnos que el amor consiste en gestos sencillos y pequeños como el lavar los pies a los hermanos.
(Se presenta un lavamanos, una jofaina y una toalla como signo de servicio)

Gracias, Señor, por haberte quedado en la Eucaristía, para invitarnos a ser pan partido que alimente a los demás con tu amor.
(Se presenta un corazón grande con las letras "JHS" como signo de donación)

Gracias, Señor, por el don del sacerdocio, porque de él recibimos tu perdón cuando faltamos a la caridad.
(Se presenta una estola morada como signo del perdón)

Gracias, Señor, por habernos dejado a tu Madre, mujer de ardiente caridad y servicio a los demás.
(Se presenta una imagen de la Santísima Virgen)

Guía: Oremos ahora juntos con la oración que Jesús nos enseñó: Padrenuestro...

CANTO PARA LA RESERVA DEL SANTÍSIMO

"CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES"


1. Cantemos al Amor de los Amores, cantemos al Señor.

Dios está aquí, venid, adoradores, adoremos a Cristo Redentor.
GLORIA A CRISTO JESÚS, CIELOS Y TIERRA, BENDECID AL SEÑOR,
HONOR Y GLORIA A TI, REY DE LA GLORIA,
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS DEL AMOR.

2. Por nuestro amor oculto en el Sagrario, su gloria y esplendor;
para nuestro bien se queda en el santuario esperando, al justo y pecador.

Ministro: Nos diste, Señor, el pan del cielo,
Todos: Que en sí contiene todas las delicias.

Ministro: Oremos: Oh Dios, que bajo este admirable sacramento nos has dejado el memorial de tu pasión, concédenos, venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros los frutos de tu redención. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas. Por los siglos de los siglos. Amén.

Si está presente el sacerdote o el diácono imparte la bendición con el Santísimo, de lo contrario se hace la reserva.

Ultimas oraciones: (Letanías)

Bendito sea Dios, bendito sea su santo nombre, bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, bendito sea el santo nombre de Jesús, bendito sea su sacratísimo corazón, bendita sea su preciosísima sangre, bendito sea Jesucristo en el santísimo sacramento del altar, bendito sea el Espíritu Santo consolador, bendita sea la gran madre de Dios María Santísima, bendita sea su santa e inmaculada concepción, bendita sea su gloriosa asunción, bendito sea el nombre de María Virgen y Madre, bendito sea san José su castísimo esposo, bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

CANTO FINAL:

"DANOS UN CORAZÓN"

¡DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR!
¡DANOS UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR!

1. Hombres nuevos, creadores de la historia
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.

2. Hombres nuevos, luchando en esperanza
caminantes, sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.

3. Hombres nuevos, amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.

DR.algdr2015

3 comentarios:

  1. FUE MUY IMPORTANTE PARA MI RECIVIR ESTA GUIA ESPERO HOY PONERLA EN PRACTICA. GRACIAS Y QUE SEA PARA MAYOR GLORIA DE DIOS. DIOS LES BENDIGA.

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  2. Gracias por pensar en nosotros, soy catequista y estas Horas santas ordenadas de acuerdo al tiempo litúrgico, me ayudan mucho y me facilitan el trabajo, Dios los bendiga, premie su bondad y conocimientos.

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  3. Hermosa Hora Santa...... Bendiciones!!!!!!

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