martes, 3 de marzo de 2015

RECONOCEMOS ANTE TI SEÑOR LO QUE SOMOS Y LO QUE HACEMOS... HORA SANTA 13 Penitencial

Monición inicial: Hermanos y hermanas, en estos momentos de adoración, nuestro corazón quiere poner sus ojos en Cristo, para volver a enraizarnos en su persona, como fuente de donde brota la verdadera vida. Al intentar poner en funcionamiento nuestra voluntad para volver a Él, nos damos cuenta que no somos nosotros, sino que es el Señor quien tira de nosotros hacia su vida, para volver a abrazarnos y volver a beber de la fuente de la Vida. No vamos solos a su encuentro, somos comunidad, somos familia que busca reconciliarse con Él por el amor.

CANTO DE ENTRADA:
(Mientras se expone el Santísimo Sacramento)


Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando
al encuentro del Señor.


1. Un largo caminar,
por el desierto bajo el sol,
no podemos avanzar
sin la ayuda del Señor.

2. Unidos al rezar,
unidos en una canción,
viviremos nuestra fe
con la ayuda del Señor.

3. La Iglesia en marcha está
a un mundo nuevo vamos ya,
donde reinará el amor,
donde reinará la paz.

Ministro: Adoremos y demos gracias en cada momento
Todos: al Santísimo Sacramento

Padre Nuestro …
Ave María …
Gloria …

Ministro: Señor Jesucristo, creemos firmemente que te encuentras presente en el Santísimo Sacramento del altar, te amamos con todo el corazón y con toda el alma. Hemos venido a estar contigo, deseamos ardientemente aprovechar este silencio orante para trabajar en la transformación de nuestro corazón. Y porque queremos escuchar tu voz y la voz de tu Padre, queremos acallar nuestro interior haciendo, en primer lugar, un espacio de silencio tan necesario entre el ruido del diario ir y venir.

Momentos de silencio.

Ministro: Escuchemos ahora con paz y hondo silencio algunas palabras de Jesús.
(Se pueden repartir a diversas personas)

«Cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve lo secreto, te lo pagará» (Mt 6,3-4).

«Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará» (Mt 6,6).

«El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo» (Lc 9,24).

«No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan» (Lc 5,32).

«Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron» (Mt 25,40).

«Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido» (Mt 6,13).

«Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre» (Mt 7,7).

«Si cuando vas a llevar tu ofrenda al altar, te acuerdas de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda» (Mt 5,25).

Momentos de silencio.

CANTO DE MEDITACIÓN:

El Señor es mi fuerza,
mi roca y salvación. (bis)


1. Tú me guias por sendas de justicia, me enseñas la verdad.
Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré

2. Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.
Aunque pase por valles de tinieblas, yo nunca temeré.

3. Yo confío el destino de mi vida, al Dios de mi salud.
A los pobres enseñas el camino, su escudo eres Tú.

4. El Senor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador.
Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.

Ministro: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 5,13-16

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con qué se salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende un candil para meterlo debajo del perol, sino para ponerlo en el candelero que alumbre a todos los de casa. Alumbre también vuestra luz a los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifique a vuestro Padre del cielo.” Palabra del Señor.

Momentos de silencio y puede hacerse un momento de reflexión compartida. 

CANTO DE MEDITACIÓN:

El que me sigue en la vida, sal de la tierra será;
mas si la sal se adultera, los hombres la pisarán.

QUE SEA MI VIDA LA SAL,
QUE SEA MI VIDA LA LUZ.
SAL QUE SALA, LUZ QUE BRILLA
SAL Y FUEGO ES JESÚS.


2.- Sois como la luz del mundo, que a la ciudad alumbra;
ella se pone en la cima y en el monte se encumbra.

3.- Que brille así nuestra luz, ante los hombres del mundo;
que palpen las buenas obras de lo externo y lo profundo.

Lector 1: El Señor nos llama hoy a ser sal de la tierra y luz para el mundo. Sal que da sabor y realza los alimentos, sal que también conserva los alimentos. Luz para iluminar, luz que da confianza enmedio del temor, luz que guía, luz que rompe la tiniebla y la oscuridad. Por eso ahora que estamos frente a Jesús Eucaristía, queremos examinar nuestra conciencia, nuestras actitudes a la luz de esta invitación que nos hace el Señor.

Lector 2: Como la sal, nosotros los cristianos estamos llamados en medio del mundo, a dar sabor a la convivencia, a realzar los valores verdaderamente humanos de nuestras relaciones, sabiendo poner nuestra presencia alli donde nadie quiere ir, junto al lecho del enfermo o del anciano, acompañando al niño o al adolescente en el descubrir de la vida y de la fe. Poniendo alegría allí donde hay tristeza, dando nuestra compañía allí donde hay soledad, cediendo de nuestros intereses en favor de los demás.

Lector 1: Por eso nos preguntamos: · ¿Me tomo en serio mi vida de cristiano? · ¿Acepto la misión que Jesús me ha enconmendado? · ¿Soy capaz de ser agente de paz en mis relaciones? · ¿Busco el bien de los demás o más bien busco solo mi comodidad? · ¿Soy capaz de ceder de mis intereses por favorecer a los otros? · ¿Me preocupo por alegrar la vida a los demás o ando siempre quejándome y exigiendo? · ¿Ando siempre obsesionado con mi imagen, o soy capaz de aceptarme como soy? ¿acepto también a los demás como son?

Lector 2: El Señor nos invita también a ser luz para el mundo. Luz para guiar a otros a salir de la oscuridad de sus vidas. Luz para iluminar con la verdad de Dios las mentiras de una sociedad que levanta ídolos. Luz para dar alegría y esperanza en medio del temor y la tristeza.

Lector 1: ¿Doy testimonio de mi fe? ¿Manifiesto con mi vida a los demás que sólo hay un Dios verdadero? ¿Soy capaz de hacer oración a menudo? ¿Participo asiduamente en los sacramentos? ¿Coopero con las necesidades de la Iglesia? ·

Lector 2: ¿Manifiesto a los demás que soy cristiano o me da verguenza reconocerme como tal? · ¿Soy capaz de hablar de Dios y Jesucristo a los demás? ¿Mis críticas a la Iglesia van acompañadas de cariño y respeto por lo que representa? · ¿Me preocupo por aumentar mi formación cristiana? ¿Leo libros sobre religión? ¿Leo la Biblia? ¿Porqué no me apunto a los catecumenados que me ofrece la parroquia? · ¿Mi caridad es constante o me conformo con dar una limosna de vez en cuando?

(Si se dispone de más tiempo, se sugiere hacer el examen de conciencia sobre cada uno de los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia que se propone a continuación con letra morada y en cursiva)

Lector 1:
1º. Amarás a Dios sobre todas las cosas… y lo demostrarás con tu forma de vivir la vida que Él te ha dado.
"¡Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento!" (Mt 22, 38-39).
Lector 2:
- ¿Has rezado todos los días? ¿has tenido a Dios presente?
- ¿Has dicho o pensado si Dios, o la Iglesia, o los sacramentos son mentira?
- ¿Has hecho actos de odio contra Dios?

Lector 1:
2º. No utilizarás el nombre de Dios en vano… solo para alabarlo y glorificar al Señor.
“Se dijo a los antepasados: no perjurarás... pues yo digo que no juréis en modo alguno” (Mt 5, 33-34).
Lector 2:
- ¿Has jurado por Dios sin tener necesidad, aunque llevaras verdad en ello?
- ¿Has renegado, aunque sea de pensamiento, de Dios?

Lector 1:
3º. Santificarás las fiestas… pues son días para el Señor.
“Recuerda el día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, Pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios” (Ex 20, 8-10)
Lector 2:
- ¿Has faltado a misa algún domingo o día festivo?
- ¿Has trabajado los días festivos?

Lector 1:
4º. Honrarás a tu padre y a tu madre… teniendo cuidado de toda la familia, cuidándola y honrándola con sincero corazón.
“Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo” Este mandamiento lleva consigo una promesa: para que seas feliz, y se prolongue la vida sobre la tierra” (Ef 6, 1-3; Dt 5, 16).
Lector 2:
- ¿has desobedecido a tus padres, maestros o superiores?
- ¿has respetado a tu hijo, sobrino…, tomándolo como hijo de Dios para ti?
- ¿tienes ira con ellos cuando te castigan?
- ¿Has hecho burla o te has mofado de ellos?

Lector 1:
5º. No matarás… de ninguna manera.
“Habéis oído que se dijo a los antepasados: No mataras. Y aquel que mate, será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal” (Mt 5, 21-22).
Lector 2:
- ¿Has reñido con alguien?
- ¿tienes ira o rencor contra otras personas?
- ¿Has pegado a alguien o los has acusado para inculparlo?
- ¿Has deseado matar a otros, o que murieran o cualquier otro mal?
- ¿Te has alegrado del mal de otros?
- ¿Has sido motivo para que otros pequen?

Lector 1:
6º. No cometerás actos impuros… ni nos hace ningún bien propiciar estos actos o consentirlos.
"Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues Yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mt 5, 27-28).
Lector 2:
- ¿Has mirado cosas feas que no te convienen para tu vida?
- ¿Has pensado cosas impuras?
- ¿Has cometido actos de impureza sólo o con otros?

Lector 1:
7º. No robarás… ni te gustará poder hacerlo“No robarás” (Mt 19, 18).
Lector 2:
- ¿Has robado? ¿Sólo o con otro? ¿Cuánto, qué?
- ¿Lo has devuelto?
- ¿Has hecho robar a otros?

Lector 1:
8º. No levantarás falso testimonio ni mentirás… aunque hacerlo te evitase un problema. “No darás testimonio falso contra tu prójimo” (Ex 20, 16)
Lector 2:
- ¿Has murmurado cosa grave o leve?
- ¿Has oído con gusto murmuraciones de otro?
- ¿Has calumniado?
- ¿Has dicho mentiras?
- ¿Has pensado mal de otros?

Lector 1:
9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros… pues no te hacen ningún bien, y te predisponen a consentir en tu corazón.
“El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt 5, 28).
Lector 2:
- ¿has deseado a la mujer o al hombre de alguien?
- ¿Has mirado con ojos que no son fraternales a alguien?
- ¿has tenido pensamientos impuros? ¿los has consentido? ¿te has regodeado en ellos?
Lector 1:
10º. No codiciarás los bienes ajenos… Dios te ha dado lo que eres y tienes. ¿O es que no te fías de Él?
“Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 21).
Lector 2:
- ¿Has deseado los bienes de otros?
- ¿Eres envidioso o sientes envidia de alguien o de algo?
- ¿Te quejas de no ser o tener lo que otros?
Lector 1:
La Iglesia es nuestra Madre, y como tal, nos orienta para vivir la verdadera vida, la vida de Cristo: Mandamientos de la Santa Madre Iglesia
Lector 2:
- ¿Has cumplido con la Parroquia?
- ¿Has ayunado los días que manda la Iglesia?
- ¿Te confiesas con asiduidad, o eres muy perezoso para acercarte a confesar?
- ¿Guardas el ayuno eucarístico?
- ¿Guardas silencio y recogimiento interior al participar de la Eucaristía?
Lector 1:
Quien evita el peligro, evita el pecado (ocasiones de pecar):
Lector 2:
- ¿Tienes malas compañías?
- ¿Has leído novelas o revistas, o visto en la televisión cosas que no te hacen
crecer personal y humanamente?
- ¿Evitas cualquier conversación que pervierte tus sentidos y tu persona?

Lectores 1 y 2: Gracias Señor, Gracias por darnos una oportunidad para revisr nuestro ser y quehacer como bautizados. Gracias por este perdón que nos renueva cada vez que recurrimos al sacramento de la reconciliación. Ayúdanos a dar nuevas oportunidades a los demás, ayúdanos a perdonar a los que nos ofendan, ayúdanos a tratar siempre a los demás como hermanos. Te lo pedimos con alegría y humildad a Tí que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CANTO DE MEDITACIÓN:

EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN
EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.
SI EL SEÑOR ES MI LUZ, ¿A QUIÉN TEMERÉ?
¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR?


1.-Una cosa pido al Señor;
habitar por siempre en su casa
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo santo.

2.- No me escondas tu rostro, Señor,
buscaré todo el día tu rostro.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.

3.- Oh, Señor, enséñame el camino,
guíame por la senda verdadera.
Gozaré de la dulzura del Señor
en la tierra de la vida.

Momentos de silencio.
(En este momento nos ponemos todos de rodillas para recibir la bendición con el Santísimo Sacramento).

CANTO DE PREPARACIÓN PARA LA BENDICIÓN:

Bendito, bendito, bendito sea Dios,
los ángeles cantan y alaban a Dios. (2)


1. Yo creo, Jesús mío, que estás en el altar,
oculto en la hostia te vengo a adorar ( 2 )

2. Espero, Jesús mío, en tu suma bondad,
poder recibirte con fe y caridad ( 2 )

Ministro: Nos diste, Señor, el Pan del Cielo
Todos: Que en sí contiene todas las delicias.

Ministro: Oh Dios que bajo este admirable sacramento del Altar, nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

(Si está presente un sacerdote, éste dará la bendición del forma acostumbrada).

Ultimas oraciones.


Bendito sea Dios
Bendito sea su santo nombre
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre
Bendito sea el Santo Nombre de Jesús
Bendito sea su sacratísimo corazón
Bendita sea su preciosísima sangre
Bendito sea Jesucristo en el santísimo Sacramento del altar
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador
Bendita sea la gran Madre de Dios: María santísima
Bendita sea su santa e inmaculada concepción
Bendita sea su gloriosa Asunción
Bendito sea el nombre de María: Virgen y Madre
Bendito sea san José su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

CANTO FINAL:

1. Gracias quiero darte por amarme
gracias quiero darte yo a ti señor
hoy soy feliz porque te conocí
gracias por amarme a mi también

Yo quiero ser señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo


2. Te conocí y te amé
te pedí perdón y me escuchaste
si te ofendí perdóname señor
pues te amo y nunca te olvidare

3. Yo quiero ser señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo

dr.algdr

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