lunes, 2 de marzo de 2015

«VEN ESPÍRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA»... HORA SANTA 11 en torno a Pentecostés


Canto de entrada:


Espíritu Santo ven aquí,
Espíritu Santo ven a mí;
quiero vivir, quiero ser feliz,
con tu poder dentro de mí./ (bis).


Ahora sé lo que es vivir;
puedo reír, puedo cantar.
Ahora sé que yo puedo amar
con tu poder dentro de mí.

Hermano ¿quieres vivir
la gloria del Señor?
escucha pues, esta bendición,
que será tu salvación.

Levanta tus brazos,
cierra ya los ojos;
alégrate, hermano
llénate de gozo.

Ministro: Adoremos y demos gracias en cada momento
Todos: al Santísimo Sacramento

Ministro: Dios nuestro que por el Misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por todas las naciones. Concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continua realizando entre los fieles la unidad y el amor al que nos invita tu Hijo Jesús presente en esta Hosta Santa. Por Nuestro Señor Jesucristo…

Lector 1: Ante Jesús Eucaristía Honremos al Espíritu Santo y adoremos al amor sustancial que procede del Padre y del Hijo y los une en una Caridad infinita y eterna. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 2: Ante Jesús Eucaristía Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque hizo Inmaculada a María en su Concepción y la santificó con la plenitud de su gracia. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 1: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque hizo a la Santísima Virgen, Madre del Verbo divino en el Misterio de la Encarnación. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 2: Ante Jesús Eucaristía Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque dio la vida a la Iglesia en el día glorioso de Pentecostés.  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 1: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque reside de una manera permanente en la Iglesia y la asiste, según la promesa divina, hasta la consumación de los siglos. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 2: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque creó en la Iglesia al nuevo Cristo, que es el sacerdote, y confirió la plenitud del sacerdocio a los Obispos.  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector 3: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle en la virtud heroica de los santos en la Iglesia, obra secreta y maravillosa del “Santificador Omnipotente”. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Ministro: Envía Señor tu Espíritu y todo será creado.
Todos: Y se renovará la faz de la tierra.

Canto de meditación:

El espíritu del Señor llenó la faz de la tierra
Aleluya aleluya aleluya.

Envíaste Señor tu espíritu y todo ha sido creado 
y se ha renovado la faz de la tierra; 
y se ha renovado la faz de la tierra.

El viene a dar testimonio de lo que hizo Jesús 
y a confirmar toda su doctrina;
y a confirmar toda su doctrina.

Momentos de silencio.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos                                 8, 22-27 

Hermanos: Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperarlo con paciencia.
El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial (Del Salmo 103)

Salmista: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra.
Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra.

Salmista: Bendice al Señor, alma mía;
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
¡Que numerosas son tus obras, Señor!
La tierra está llena de tus criaturas.
Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra.

Salmista: Si retiras tu aliento,
toda criatura muere y vuelve al polvo;
pero envías tu espíritu, que da vida,
y renuevas el aspecto de la tierra.
Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra.

Salmista: Que Dios sea glorificado para siempre
y se goce en sus criaturas.
Ojalá que le agraden mis palabras
y yo me alegraré en el Señor.
Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra.

Canto del Aleluya:

Canta aleluya al Señor, 
canta aleluya al Señor. 
Canta aleluya, 
canta aleluya 
canta aleluya al Señor. (2)

Lectura del santo Evangelio según san Juan:                                                7, 37-39

El último día de la fiesta, que era el más solemne, exclamó Jesús en voz alta: “El que tenga sed, que venga a mí; y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: Del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva”.

Al decir esto, se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Momentos de silencio.

Oración de súplica:

Ministro: Oremos ahora a Dios Padre que envío al Espíritu Santo para que llegáramos al conocimiento de la verdad plena y para que en su nombre condujera a la Iglesia que Cristo fundó y digámosle:

R. Ante Jesús Eucaristía, te pedimos, Padre, el Don del Espíritu Santo.

Lector: Para que se renueve la faz de la tierra, oremos. R.

Lector: Para que en Cristo alcancemos la verdad plena, oremos. R.

Lector: Para que lleguemos a la unidad tan querida por Cristo, oremos. R.

Lector: Para que seamos movidos a una auténtica y decidida acción evangélica, oremos. R.

Lector: Para que nuestras eucaristías sean fuente, cumbre y misión de toda nuestra vida, oremos. R.

Lector: Para que no pongamos resistencia a la gracia de Dios, oremos. R.

Lector: Para que podamos cumplir con la voluntad del Padre, oremos. R.

Lector: Para que un día todos lleguemos a gozar de la presencia de Dios en el cielo, oremos. R.

Ministro: Padre, tú lo sabes todo, tu sabes que te amamos, pero que necesitamos de tu gracia, como necesitamos del aire para poder vivir, concédenos lo mismo que amas en tu Hijo Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Momentos de silencio.

Canto de meditación:

Espíritu de Dios llena mi vida,
llena mi alma, llena mi ser. (Bis)


Ven lléname
con tu presencia lléname,
con tu poder lléname,
con tu bondad. (Bis)

Hoy Dios ya vive en mi,
Vivo con calma,
vivo con rumbo vivo con luz. (Bis)

Oh Cristo acéptame,
como un apóstol
Yo viviré con tu amor.  (Bis)

Lector 1: Las palabras de Cristo a lo largo de todos los siglos han suscitado en muchos de quienes las escuchan y las practican grandes e innumerables convicciones de seguirle. Ellos han sido y son ‘ejemplos’ de la acción del Espíritu Santo a quien han dejado actuar en sus vidas que incluso hoy nos interpelan y nos fascinan: el beato Miguel Agustín Pro, el beato Juan Pablo II, el beato Anacleto González, la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, la beata Teresa de Calcuta y tantos otros. Sus vidas y sus obras nos han demostrado según su época, que han dejado actuar al Espíritu prometido por Jesús: ¿Cómo dejaron actual al Espíritu? Cada uno creyó y vivió cuanto Jesús predicó, porque en sus palabras, movidos por el Espíritu Santo, encontraron la verdad, la luz y la valentía.

Lector 2: La vocación a la santidad es tarea de todos, especialmente de cada uno de nosotros los bautizados. Todos nosotros en nuestra vida si estamos atentos a la voz del Espíritu y al clamor de nuestros hermanos, especialmente los más pobres, podremos realizar incluso actos heroicos que pueden provocar en otros la conversión al Evangelio de Jesús.

Lector 1: En esta Hora Santa el gran protagonista de nuestras vidas: el Espíritu Santo, se ha ido abriendo camino en nuestros corazones, ha ido tomando lugar en esta hora de gozo y alegría. Hemos sido mirados por Dios desde la eternidad: Él nos amó primero, se hizo Hombre y su Espíritu nos acompaña cada día. ¡Somos un pensamiento de Dios, un latido de su corazón! Digámosle sí a su presencia, vivamos como hermanos, correspondamos a ese amor viviendo por la Iglesia y en la Iglesia. Hermanos, los dones del Espíritu Santo nos deben impulsar a creer en la fuerza transformadora que realiza Dios en nosotros si somos fieles a su Palabra.

Lector 1: Concédenos el Don de Sabiduría, que nos libre del tedio y de la insensatez.

Lector 2: Danos el Don de Entendimiento, que ahuyente de nuestras vidas las tibiezas, las dudas, las nieblas y las desconfianzas.

Lector 1: Derrama el Don de Consejo, que nos libre de las indiscreciones e imprudencias.

Lector 2: Bendícenos con el Don de Ciencia, que nos libre de los engaños del mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.

Lector 1: Danos el Don de Fortaleza, que nos libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.

Lector 2: Envíanos el Don de Piedad, que nos libre de la ira, del rencor, de la injusticia, de la crueldad y de la venganza.

Lector 1: Concédenos el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.

Canto de Meditación:

VEN A REINAR, ESPÍRITU DE AMOR,
VEN A INFLAMAR AL MUNDO PECADOR.
VEN A REINAR, ESPÍRITU DE AMOR,
¡VEN AMOR, DULCE AMOR!
A ENSEÑAR AL MUNDO EL PRECIO DEL DOLOR.


Ser de Jesús es toda mi ambición.
Úneme a Él, Espíritu Divino.
Quiero ser Cruz para atraerte a mí
y con Jesús vivir crucificado.
Quiero ser Cruz para atraerte a mí.

Padre y Señor del mísero mortal,
Consolador del alma en la aflicción.
Ven a alumbrar con dulce claridad.
Ven a reinar en este corazón (Bis).

Dulce dador de gracia divinal,
de todo bien el más hermoso Don,
llama voraz de ardiente caridad,
tengo hambre y sed de tu amorosa unión (Bis).

Canto de preparación para recibir la bendición con el Santísimo o hacer la reserva:

Bendito, bendito, bendito sea Dios
Los ángeles cantan y alaban a Dios
Los ángeles cantan y alaban a Dios

Yo creo Jesús mío que estás en el altar,
oculto en la Hostia te vengo a adorar,
oculto en la Hostia te vengo a adorar.

Por amor al hombre moriste en una cruz,
y al cáliz desciendes por nuestra salud,
y al cáliz desciendes por nuestra salud.

Ministro: Nos diste Señor, el Pan del Cielo
Todos: Que en sí contiene todas las delicias.

Oremos: Oh Dios, que bajo este admirable sacramento nos has dejado el memorial de tu pasión, concédenos, venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros los frutos de tu redención. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 (Si está presente el Sacerdote o el Diácono dará la bendición con el Santísimo):

LETANÍA DEL ESPÍRITU SANTO

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre omnipotente, ten piedad de nosotros.
Jesús, Hijo eterno del Padre y Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, santifícanos.
Trinidad santísima, óyenos.

Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo. Ven a nosotros.
Promesa del Padre. Ven a nosotros.
Don de Dios Altísimo. Ven a nosotros.
Rayo de luz celeste. Ven a nosotros.
Fuente de agua viva. Ven a nosotros.
Autor de todo bien. Ven a nosotros.
Unción espiritual. Ven a nosotros.
Caridad ardiente. Ven a nosotros.
Fuego que consume. Ven a nosotros.
Espíritu de amor y de verdad. Ven a nosotros.
Espíritu de sabiduría y de entendimiento. Ven a nosotros.
Espíritu de consejo y de fortaleza. Ven a nosotros.
Espíritu de ciencia y de piedad. Ven a nosotros.
Espíritu de temor de Dios. Ven a nosotros.
Espíritu de gracia y de oración. Ven a nosotros.
Espíritu de paz y de dulzura. Ven a nosotros.
Espíritu de modestia y de inocencia. Ven a nosotros.
Espíritu consolador. Ven a nosotros.
Espíritu santificador. Ven a nosotros.
Espíritu que gobiernas la Iglesia. Ven a nosotros.
Espíritu que llenas el universo. Ven a nosotros.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios. Ven a nosotros.
Unción espiritual. Ven a nosotros.
Caridad ardiente. Ven a nosotros.

Espíritu Santo, ven a renovar la tierra. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, inflámanos con el fuego de tu amor. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, danos el tesoro de tus gracias. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, enséñanos a orar. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, ilumínanos con tus inspiraciones. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, imprime tu ley en nuestros corazones. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, condúcenos por la vía de la salvación. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, inspíranos la práctica del bien. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, concédenos la única ciencia necesaria. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, haz que perseveremos en tu justicia. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, imprime en nosotros el horror al pecado. Te rogamos, óyenos.
Esp´ritu Santo, concédenos el mérito de todas las virtudes. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo, sé Tú nuestra eterna recompensa. Te rogamos, óyenos.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. Envía a nosotros tu Espíritu.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. Llena nuestras almas con los dones del Espíritu Santo.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. Haz que el Espíritu Santo produzca en nosotros sus frutos.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
R. Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Canto final:

Espíritu Santo, ven, ven,
Espíritu Santo, ven, ven,
Espíritu Santo, ven, ven
en el nombre del Señor.

Acompáñame, ilumíname,
toda mi vida.
Acompáñame, ilumíname,
¡Espíritu Santo ven!

Santifícame, transfórmame,
Tú cada día.
Santifícame, transfórmame,
¡Espíritu Santo, ven!

Resucítame, conviérteme,
todos los días.
Glorifícame, renuévame,
¡Espíritu Santo, ven!

Acompáñame, transfórmame,
toma mi vida.
Ilumíname, condúceme,
¡Espíritu Santo ven!

ALGDR2014

2 comentarios:

  1. GRACIAS, MUY BONITA LA HORA SANTA. CON PEQUEÑOS AJUSTES LA VOY A HACER EN LA CAPILLA. BENDICIONES. P. Leopoldo Uribe (Bogota - Colombia)

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  2. Gracias infinitas por compartir material tan maravilloso, que ayuda a crcer en nuestra Fe. Dios los bendiga abundantemente. El Espíritu Santo derrame su luz en cada uno de los que hacen posible que llegue hasta nosotros este invaluable tesoro. Gracias

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