martes, 3 de marzo de 2015

«CATORCE PASOS CON JESÚS» HORA SANTA 18 Reflexión para el Jueves Santo en la noche


Monitor: Queremos estar aquí contigo Jesús, porque sabemos que esta noche fue difícil para ti, porque cuánto más sentías la necesidad de cercanía de los tuyos, te dejamos solo, porque en la hora de tu mayor lucidez, tus sacerdotes, recién ordenados dormían, porque en esta hora de consciencia de todo lo que está por caerte encima, ellos, como muchos de nosotros, no entendían nada.

Descubriremos hoy nuevamente, con qué amor más grande amó Jesús, especialmente a los doce, y qué distancia tan grande se contempla entre el maestro y los discípulos. Él tan divino, nosotros tan humanos, él tan elevado, nosotros tan mezquinos, cómo le dolería en el alma esa soledad tan grande que se percibe en Getsemaní. Por eso estamos aquí esta noche.

Iniciamos esta hora de oración haciendo silencio para preparar nuestro corazón para el encuentro con el Jesús, queremos regalarle una hora de nuestro tiempo y hacerle compañía.

Lector 1: La elección del nuevo Santo Padre, el Papa Francisco, quien es un Papa que llegó a Roma desde estas tierras latinoamericanas, nos ha unido con alegría y entusiasmo para vivir nuestra fe. Por eso, esta noche queremos estar unidos con esa alegría en la que el Papa Francisco nos invita a caminar con Jesús, e ir al encuentro de la Cruz para brazarla con amor y con un espíritu siempre joven siendo discípulos y misioneros.

Lector 2: El Papa Francisco nos invita a hacernos en esta noche dos preguntas: ¿Qué significa para nosotros vivir este tiempo? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrección?

Lector 1: El Papa nos dice: "Vivir este tiempo significa también entrar cada vez más en la lógica de Dios, de la Cruz y del Evangelio. Es seguir y acompañar a Cristo, lo cual exige «salir»: Él —refiriéndose a Cristo, dice— ha salido de sí mismo para venir a nuestro encuentro, ha colocado su tienda entre nosotros para traer la misericordia que salva y da esperanza.

Lector 2: Esta noche, en un momento de oración, queremos dar con Jesús catorce pasos —como catorce son las estaciones de viacrucis que mañana recorreremos— para caminar con Él al encuentro de la cruz en la que se consumará nuestra redención. Son catorce momentos de la vida de Jesús en su infancia, predicación, pasión y resurrección con los que vamos a orar.

Monitor: Empecemos escuchando este texto del Evangelio de San Marcos.  (Mc 14, 32-42)

Lector:

“Cuando llegaron a un lugar llamado Getsemaní, dijo Jesús a sus discípulos:
- Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.
Tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan. Comenzó a sentir pavor y angustia, y les dijo:
- Siento una tristeza mortal. Quédense aquí y velen conmigo.
Y avanzando un poco más, se postró en tierra y suplicaba que, a ser posible, no tuviera que pasar por aquel trance. Decía:
- ¡Abba, Padre! Todo te es posible. Aparta de mí esta copa de amargura. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú.
Volvió y se los encontró dormidos. Y dijo a Pedro:
- Simón ¿duermes? ¿No has podido velar ni siquiera una hora? Velen y oren para que puedan hacer frente a la prueba, que el espíritu está bien dispuesto, pero la carne es débil.
Se alejó de nuevo y oró repitiendo lo mismo. Regresó y volvió a encontrarlos dormidos, pues sus ojos estaban cargados. Ellos no sabían que responderle. Volvió por tercera vez y les dijo:
- ¿Todavía están durmiendo y descansando? ¡Basta ya! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! Ya está aquí el que me va a entregar.” Palabra del Señor.

PRIMER PASO: Belén... El camino del Cielo a la tierra.

Lector: Todos los años a esta hora llegamos a tus plantas en estos momentos de silencio y de luto
cuando aún se respira el incienso de nuestra alabanza, cuando aún en el paladar se resiste a marchar
el gusto del pan bendito que en tu amor hemos compartido. Aún seguimos sin comprender, sin entender. ¡Te hiciste pobre y pequeño como nosotros para salvarnos! necesitamos la Fe y la Esperanza para comprender tu Amor.
Señor, antes de que cierres los ojos y ya que tú vives tan cerca de nosotros háblanos de ti.... Tú que puedes hablar nuestro lenguaje déjanos hacerte una pregunta en esta noche de cáliz amargo: ¿qué pasos diste para ser carne de nuestra carne para vivir cerca del hombre... para vivir..por nosotros tantos dolores? Amén.

SEGUNDO PASO: La Huída... El camino de Belén hacia Egipto.

Lector: Viniste y no te recibimos... Tan sólo aquellos humildes y sencillosfueron capaces de reconocer tu presencia... ¡hasta tuviste que huir! Sólo unos cuantos te descubrieron. Ciertamente que muchos no vieron la estrella. Hoy , en esta noche Santa, entiendo aquellos momentos. Los magos, unos cuantos, te regalaron oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre.. y tuviste que huir.
Señor, hoy, en esta noche como en aquellos momentos difíciles en que José y María te libraron de las garras de la maldad de Herodes, te encontramos nuevamente nosotros también sólo y desnudo muy cerca del silencio Santa María Virgen para huir contigo de los ataques de los Herodes de hoy que vagan por el mundo queriéndo acabar contigo. ¿qué pasos diste con tus padres para vivir en medio de la adversidad y salir adelante? Amén.

TERCER PASO:  El Jordán... El camino al bautismo.

Lector: Esta noche queremos darnos cuenta, junto a ti, que nuestras vidas deben ser un servicio a tu Padre y nuestro Padre. Sabemos que nunca olvidaste aquella voz potente y misteriosa
el día del Jordán, cuando se abrió el cielo con aquel mensaje del Padre: «TÚ ERES MI HIJO ...MI AMADO, en quien me complazco».
Señor, Tú sabías que aquello era principio de un fin. Tu Bautismo era la puerta abierta al sufrimiento para salvarnos. Acepta Señor, esta noche, nuestro compromiso: por nada darte la espalda. Ante todo.....mantenernos firmes, a pesar de las dificultades, en la fe que nació con nuestro Bautismo. Amén.

CUARTO PASO: El Desierto... El camino de las tentaciones a la vida pública.

Lector: Nadie supo, sino el Padre, lo que te esperaba después. Pensamos ahora en la tentación del maligno, cuando te ofreció el todo por la nada. Pronto comprendiste en el desierto que para ser fiel a uno mismo.. hay que aprender a dejar muchas cosas en el camino. Ni las tentaciones del poder, del placer y del tener te apartaron del plan, del amor, ni de la comunión con el PADRE
Señor, nosotros te lo confesamos esta noche.... ¡cuántas veces estamos tentados a dejarlo todo! Creemos que es mejor el camino fácil y exento de compromisos, el sendero corto que nos lleva a la ansiedad sin límites lo que en apariencia es felicidad, cuando luego, resulta, que es un desconcierto. Señor....¡DANOS LUZ EN LAS ELECCIONES DE CADA DIA! Amén.

QUINTO PASO: La llamada... El camino para invitar a algunos a seguirlo más de cerca.

Lector: En estos momentos de soledad compartida de cáliz amargo y de amigos, incluso tus discípulos que han sido oirdenados sacerdotes, han corrido, o se han quedado dormidos por el miedo y la apariencia olvidando aquellos momentos en que los invitaste a caminar contigo por la orilla del mar de Galilea... aquellas olas, los peces, las redes, las barcas y la gente. Pedro, Andrés; Juan....su hermano Santiago, los demás. A ellos los llamaste porque la misión era grande, sus nombres todavía se sostienen en el eco tenso de esta noche. Porque la LUZ del cielo necesitaba de hombres de la tierra. Hoy, como a aquellos, desde la noche de tu soledad, nos dices a cada uno de nosotros también: ¡Sígueme!
Señor, gracias por tu confianza. Gracias por habernos llamado en esta noche a tu presencia. Gracias por habernos invitado a subir a esta barca que es la Iglesia. Gracias por habernos invitado a dejar las redes que parecían nuestro sueño y nuestras obligaciones y no lo eran. Gracias por invitarnos a estar cerca de tu Pasión, de tus horas amargas. Hoy hacemos la firme promesa, ayúdanos, de ser pescadores de hombres llevando tu verdad donde quiera que nos encontremos. Amén.

SEXTO PASO: La Tempestad... Caminar sobre las aguas.

Lector: Jesús, esta noche recordamos contigo diversos momentos que marcaron la vida de los apóstoles cuando estabas con ellos. Nos acordamos contigo de aquella tormenta....la barca que comenzaba a inclinarse...y tus apóstoles gritando: ¡sálvanos que nos ahogamos! También muchos de nosotros nos ahogamos en poca agua y por pocas cosas. Hay muchas tempestades en el mar del mundo que nos ha tocado vivir: incredulidad, deserción, materialismo, depresión. Hoy todo se relativiza, todo parece bueno y mucho de todo ello os aleja de Tí. Esta noche queremos aferrarnos fuertemente a tu mano que nos salva para no perecer.
Señor, reconocemos que también nosotros nos asustamos, que también nosotros gritamos porque parece que te vemos dormido. Reconocemos que en el diario vivir se levantan olas que nos acechan; obstáculos que nos impiden vivir contigo, hablar contigo; tenemos dificultades Señor: familias rotas, violencia, drogadicción, permisividad, terrorismo.....¡ayúdanos Señor!. Que seas Tú la fuerza que nos sostenga en medio de la Tormenta y que nos hagas, coimo decía la beata Madre María Inés: Almas pacíficas y pacifdicadoras como Tú. Amén.

SEPTIMO PASO: Los enfermos... El camino a la sanación.

Lector: Seguimos caminando contigo Jesús salvador nuestro. Meditamos ahora en la vida nueva que diste a aquellos que se encontraban enfermos y apartados. Recuordamos el grito de los ciegos de Jericó....¡qué podamos ver! La hija de Jairo.....¡baja Señor...mi hija muere! El abrazo de Marta....¡Señor si hubieras estado aquí ..mi hermano no habría muerto! ¡Cómo corría con su camilla, cuesta abajo y contento, aquel que estaba paralítico! Encontraron salud.....porque tenían Fe en Ti.
Señor, también nosotros necesitamos que nos cures... ¡tócanos en esta noche Señor¡, danos luz en las miradas, luz en las decisiones, fortaleza en el caminar, claridad en el pensar... medicina para nuestras enfermedades. Amén.

OCTAVO PASO: La Oración del Huerto... Caminar junto al Señor en la oración.

Lector: Tú hiciste una vez una pregunta: ¿Encontraré, cuando vuelva, FE en esta tierra? Esta noche nos invitas ase como aquellas cinco vírgenes que velaron en oración y no dejaron que
se apagara la lámpara de su FE. Esta noche nos haces a nosotros una pregunta como aquella: ¿Cómo está tu vida de oración y de confianza en Mi? A cada uno de nosotros nos dices: ¡Despierta tú que duermes! ¿Estás con la FE encendida.....o un poco débil por el paso del tiempo y de tantas seducciones en tu vida?
Señor, sin ti , no podemos hacer nada. Tú sabes que sigues siendo importante y certero en nuestra existencia. Ayúdanos para que siempre te reconozcamos como nuestro AMOR PRIMERO. Te pedimos que nos ayudes a CREER... a ESPERAR....a AMAR. Que seas Tú la LUZ que alumbre nuestro caminar en la vida cristiana. Amén.

NOVENO PASO: La Traición de Judas... El camino entre el bien y el mal.

Lector: Acabamos de conmemorar la «Última Cena». Hemos recordado aquella tarde; todos sentados en una mesa. Tus apóstoles estaban inquietos......sabían que algo iba a ocurrir. Esta noche nos preguntamos: ¿qué pasaría por el alma de Judas? ¿Por qué te vendió por tan poco precio? ¿Por qué se sentó a tu mesa si ya no creía ni esperaba en Tí? Sentiste Jesús, cómo un amigo se rompía por dentro por quedar bien con los
de fuera. No lo esperabas…. Te llamó amigo con sucios labios para mejor venderte.
Señor, tú sabías que vendría esta hora. Tú le llamaste “hijo de la perdición”... También nosotros Señor traicionamos muchas veces nuestro nombre de cristianos, nuestra amistad contigo... porque no sabemos o no queremos distinguir el bien del mal. Judas te besó por nosotros Señor, Judas te vendió por nosotros Señor... cuando nos apegamos tanto al dinero y somos capaces de olvidar lo que ayer fue promesa, amigo y juramento. Haznos pobres Señor y DANOS LUZ PARA SER FIELES A TU AMOR. Amén.

DÉCIMO PASO: La negación de Pedro... El camino de la fidelidad.

Lector: Esta noche, junto a Tí Jesús, reconocemos lo difícil que es serte siempre fieles. ¿Qué es la fidelidad?
Pedro y los demás quisieran serte fieles. Seguramente estarás acordándote en estos momentos de aquellas palabras de Pedro cuando te dijo: «Señor...los demás te abandonarán... ¡yo nunca!» Pobre Pedro... Su nobleza y su valentía le traicionaron... Un simple gallo le recordó con su inoportuno canto que era como los demás....HUMANO. Sabemos que subiendo camino del calvario tú le echaste una dulce mirada y te conquistó el corazón de nuevo cuando lo viste AMARGAMENTE LLORANDO.
Señor, ayúdanos a entender el valor de la palabra dada. Si Pedro lloró......nosotros queremos llorar las negaciones de cada día: cuando no somos fieles y decimos SI y resulta que es NO; cuando decimos VAMOS.....y nos quedamos donde estamos. Ayúdanos Señor a serte fieles. Amén.

DÉCIMO PRIMER PASO: La Eucaristía... el camino del encuentro con tu presencia.

Lector: Jesús, Tú te quisiste quedar en la Eucaristía  y nos sentaste esta tarde a tu mesa aún a sabiendas de nuestra miseria. Pero aún así....todo esto...nos lo pides: "HAGAN ESTO EN MEMORIA MIA
POR MI Y POR USTEDES, POR LA MEMORIA DEL AMOR DE MI PADRE COMAN DE MI CUERPO... BEBAN DE MI SANGRE...
Señor, te damos gracias por habernos invitado a sentarnos en la mesa de tu banquete para alimentarnos con el Pan de tu Palabra y de tu Eucaristía que sabe a cielo y brindarnos el vino que alegra el corazón del creyente. DANOS LUZ PARA ENTENDER Y VALORAR LA FUERZA QUE ESCONDE LA EUCARISTÍA. Amén.

DÉCIMO SEGUNDO PASO: La Cruz... el camino para ser como Cristo.

Lector: Después de aquella inolvidable mesa del pan que nos dejaste como MEMORIAL, te apresaron... te ataron... te llevaron en medio de risas y de burlas. Podemos recordar a Pilatos lavándose las manos, a Judas pensando en un árbol como salida a su vida. El juicio interesado de algunos, las palabras vacías de otros
los amigos que te fallaron... A lo lejos se veía un madero en forma de cruz... pronto comprendiste que iba a ser la cruz...tu cruz...  el trono desde donde ibas a conquistar la REDENCIÓN para todos nosotros... dudas.....silencios.....pruebas...te sentíste sólo... y ¡subiste a la cruz!
Señor....aquí estamos en esta noche velando contigo. Intentando alcanzar una caña para darte, muchos años después, agua fresca para tu pasión culminada. ¡Gracias Señor¡¡ por ese gesto heroico de tu amor al Padre
por tu amor a los hermanos.... por tu corona de espinas....por tu cuerpo traspasado.... vemos más y mejor que nunca....tus brazos abiertos al mundo tu corazón ....como siempre....pendiente de DIOS....... DANOS LUZ.....PARA COMPRENDER EL VALOR QUE ENCIERRA LA CRUZ. Amén.

DÉCIMO TERCER PASO: María al pie de la cruz... El camino de la confianza en Señor.

Lector: ¡Qué distinto se ha de ver todo desde la Cruz! Viste a tu Madre.....la que caminó siempre junto a Ti desde que te llevó nueve meses misteriosamente en su seno... contemplaste de una manera nueva a la que creyó en el anuncio del ángel sin condiciones ni contemplaciones, la que comprendió tu dejar el hogar, la que vivió en noches obscuras y atravesada por tantas espadas. Sí... ¡Viste a tu Madre, Jesús!...como hoy la estamos viendo nosotros acompañándote desde el lugar de su casita pobre y la vemos subiendo contigo mañana... Y esta noche nos parece escucharte decir: ¡MARIA!, Madre mía, aquí tienes a tus hijos......hijos.....aquí tienen a su Madre.
Señor...¡déjanos a aquella que tanto dio! Déjanos llorar con ella esta noche de adoración, déjanos abrazar a la que estuvo firme al pie de la cruz. Déjanos esperar con ella, vivir con ella, creer con ella. Señor...¡que sea la Virgen...la que nos enseñe el camino para llegar a ti.....para esperar en ti, para creer en Ti. DANOS LA FORTALEZA QUE DIOS DIO A TU MADRE PARA ENTENDER Y COMPRENDER LOS MISTERIOS  DE GOZO, DE LUZ, DE MUERTE Y DE GLORIA DE NUESTRAS VIDAS. Amén.

DÉCIMO CUARTO PASO: La muerte redentora... El camino de la salvación.

Lector: Todo es distinto desde la Cruz, desde ese tu trono glorioso desde el que exclamaste: ¡DIOS MIO....DIOS MIO...POR QUÉ ME HAS ABANDONADO! ¡TE LO ASEGURO, HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO! ¡TENGO SED! ¡TODO SE HA CONSUMADO! ¡EN TUS MANOS, SEÑOR, ENCOMIENDO MI ESPÍRITU! Esto ha sido tu diálogo sincero con nosotros... Falta lo más importante....tres días de espera para que de nuevo resurja de la tierra y se cumplan las promesas:
«Permanezcan en vela... no se desesperen... CREAN EN DIOS Y EN MI. Volveré y los haré inmortales.
No se queden llorando mi cuerpo inerte, la esperanza vendrá en la Pascua, una esperanza más alta y ancha que la misma muerte, ¿no lo notan?... Vuelvo.....estoy volviendo.....llego....llegando.... Y tengo LUZ PARA USTEDES.....para todos ustedes. Sólo falta una cosa: QUE SU PERSERVERANCIA SALVE SUS MISMAS VIDAS.
Señor, no mueras...¡vive siempre! DANOS LA LUZ DE LA ESPERA EN LA RESURRECCIÓN.  Amén.

Monitor: Hemos velado con Jesús y al mismo tiempo hemos caminado espiritualmente con Él. En la Semana Santa estamos viviendo el culmen de este camino, de este plan de amor que se recorre a través de toda la historia de la relación entre Dios y la humanidad. Jesús entra en Jerusalén para cumplir el paso final, en el que resume toda su existencia: se entrega totalmente, no se queda con nada para sí mismo, ni siquiera con su vida. En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz "para nosotros". El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, ofrece en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar siempre con nosotros, para habitar entre nosotros. Y en el Huerto de los Olivos, al igual que en el juicio ante Pilato, no opone resistencia, se da; es el Siervo sufriente ya anunciado por Isaías, que se despoja de sí mismo hasta la muerte (cf. Is 53:12).

Lector 1: Jesús no vive este amor que lleva al sacrificio de manera pasiva o como un destino fatal; desde luego no oculta su profunda perturbación humana frente a la muerte violenta, pero se entrega plenamente a la confianza del Padre. Jesús se entregó voluntariamente a la muerte para corresponder al amor de Dios Padre, en perfecta unión con su voluntad, para demostrar su amor por nosotros. En la cruz, Jesús "me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gal 2:20). Cada uno de nosotros puede decir esta noche: me amó y se entregó a sí mismo por mí. Cada uno puede quedarse esta noche con este “por mí”.

Lector 2: Hemos caminado con Cristo en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es en primer lugar la del dolor y la muerte, sino la del amor y la de la entrega de sí mismo que da vida. Es entrar en la lógica del Evangelio. Seguir, acompañar a Cristo, caminar con Él, permanecer con Él .

(Conviene intercalar momentos de silencio y cantos apropiados. Se puede rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria al final de cada paso).

dr. algdr

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