Monitor: Queridos hermanos, el Señor nos invita una vez más a tener una experiencia de intimidad con él que está presente en la Eucaristía. El Señor nos convoca para que participemos del gozo de contemplar en la Eucaristía a Aquel que nos invita a transformar nuestras vidas confortados por su presencia. Él, presente y vivo en el Santísimo Sacramento del Altar. Nos ponemos en pie.
CANTO DE ENTRADA:
«A TI LEVANTO MIS OJOS»
A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo;
a ti levanto mis ojos, porque espero tu misericordia.
Como están los ojos de los esclavos,
fijos en las manos de sus señores,
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.
Como están los ojos de la esclava,
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, Misericordia,
que estamos saciados de burlas,
misericordia, Señor, misericordia
que estamos saciados de desprecios.
Nuestra alma está saciada,
del sarcasmo de los satisfechos,
nuestra alma está saciada,
del desprecio de los orgullosos.
(Durante este canto se hace la exposición del Santísimo según el rito ordinario).
Sacerdote: Oremos: Señor y Dios nuestro, que en la Nueva Alianza instituida por Cristo continúas formándote sin distinción de razas ni fronteras, un pueblo congregado por el Espíritu Santo que camina hacia la Pascua eterna en la unidad y fiel a la misión que le confiaste, haz que comparta siempre la esperanza de seguir viviendo este tiempo de Cuaresma para que todos resucitemos a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Momentos de silencio para meditar.
Monitor: Contemplando a Jesús Eucaristía, dispongámonos a escuchar con atención el siguiente texto:
Lector 1: Jesús Eucaristía es la luz que ilumina nuestra realidad, vivimos en una globalización ambivalente, y por eso, a veces, excluyente. Aparecen a nuestro alrededor sistemas económicos salvajes que no tiene en cuenta al hombre, culturas poderosas que excluyen a las más débiles; la brecha entre ricos y pobres, en vez de acortarse, se ensancha.
Lector 2: Lamentamos el oscurecimiento de la conciencia moral, la pérdida de la capacidad de amar hasta el fin; el terrorismo, la muerte y el sufrimiento ocasionados por la violencia; el desinterés por la verdad, la desunión de las familias, el dolor de vivir la vida sin sentido; el aborto, mediante el cual se mata sin piedad a los más indefensos; empleos precarios que van asfixiando lentamente la vida individual, familiar y comunitaria de muchos.
Lector 1: Las tinieblas parecen ensombrecer el camino del cristiano con una serie de pecados que son terribles. El documento Ecclesia in America nos habla al respecto:
Lector 2: «Entre estos pecados se deben recordar el comercio de drogas, el lavado de las ganancias ilícitas, la corrupción en cualquier ambiente, el terror de la violencia, el armamentismo, la discriminación racial, las desigualdades entre los grupos sociales, la irrazonable destrucción de la naturaleza. Estos pecados manifiestan una profunda crisis debido a la pérdida del sentido de Dios y a la ausencia de los principios morales que deben regir la vida de todo hombre. Sin una referencia moral se cae en el afán ilimitado de riqueza y de poder, que ofusca toda visión evangélica de la realidad social» (cf. EA 56).
Lector 1: Ante esta realidad nos preguntamos: ¿qué hacer para que Cristo sea Buena Noticia en nuestro entorno?
Lector 2: Como discípulos–misioneros de Cristo, somos luz que transforma nuestro ambiente social?
Lector 3: ¿Cuál es nuestro testimonio para que Cristo sea aceptado como Buena Nueva en nuestro hogar y en nuestra comunidad?
Momentos de silencio para meditar.
CANTO PARA MEDITAR:
«NO PODEMOS CAMINAR»
No podemos caminar
con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan:
tu Cuerpo y Sangre, Señor.
Comamos todos de este pan,
El Pan de la unidad.
En un Cuerpo nos unió el Señor
Por medio del amor.
Señor, yo tengo sed de Ti,
Sediento estoy de Dios;
Pero pronto llegaré a ver
El rostro del Señor.
Por el desierto el pueblo va
Cantando su dolor;
En la noche brillará la luz,
Nos guía la verdad.
Monitor: El mismo Jesús ora al Padre por aquellos a quienes les ha confiado ser luz del mundo transformándolo e iluminándolo con su cambio personal para que el mundo sea el espacio donde los hombres vivan los valores del Reino. La presencia de los discípulos en el mundo es la esperanza para que el mundo acepte la Buena Noticia. Escuchemos ahora, de pie, esta lectura del Evangelio según san Juan:
(Si se encuentra un sacerdote o un diácono entre los asistentes conviene que sea él quien lea)
Del Evangelio según san Juan:
(Jn 17,6-11)
«En aquel tiempo dijo Jesús: " A los que me diste, salvándolos del mundo, les he hecho saber quién eres tú. Los sacaste del mundo, pues eran tuyos, y me los diste, y han hecho caso de tu palabra.
Ahora ellos reconocen que viene de ti todo lo que me diste. Las palabras que me confiaste se las he entregado y las han recibido. Reconocieron verdaderamente que yo he salido de ti, y creen que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que tú me diste, que ya son tuyos —todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío—, y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelco a ti.
Padre Santo, guárdalos en ese tu nombre que a mí me diste, para que todos sean uno como nosotros"». Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Momentos de silencio para meditar.
CANTO PARA MEDITAR
«EL TESTIGO»
Sois la semilla que ha de crecer,
sois estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Id, amigos, por el mundo
anunciando el amor.
Mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección
Id llevando mi presencia,
con vosotros estoy.
Sois la mañana que vuelve a nacer,
sois espiga que ha de granar,
sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar
Sois una llama que ha de encender,
resplandores de fe y caridad,
sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz
Sois los amigos que quise escoger,
sois palabras que intento gritar,
sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.
Monitor: Llenos de gozo y esperanza roguemos al Señor para que Jesucristo sea Buena Noticia para nuestros hogares, para nuestra comunidad, para nuestro pueblo en general. A cada petición digamos:
Todos: Haznos tus testigos, Señor.
Lector: Para que haya paz y solidaridad en el mundo entero, en especial en nuestra patria. R/
Lector: Para que los pobres conozcan la Buena Nueva. R/
Lector: Para que en nuestra sociedad prevalezca la vida sobre la muerte. R/
Lector: Para que en nuestra vida diaria prevalezca la esperanza sobre el desaliento. R/
Lector: Para que se multipliquen los profetas, pacificadores y voluntarios que anuncien y trabajen por una nueva civilización del amor. R/
Lector: Para que todos seamos sembradores de la Buena Noticia. R/
Lector: Para que compartamos el pan que tú nos das para la salvación de todos los hombres. R/
Monitor: Escúchanos, Jesús Eucaristía, tú que eres la Buena Noticia del Padre, aumenta nuestra fe y hazte presente en medio de nuestro pueblo. Amén.
CANTO PARA RECIBIR LA BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO:
«BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS»
Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios!
Los ángeles cantan y alaban a Dios.
Los ángeles cantan y alaban a Dios.
Yo creo, Jesús mío, que estás en el altar,
oculto en la Hostia, te vengo a adorar.
Oculto en la Hostia, te vengo a adorar.
Espero, Jesús mío, en Tu suma bondad,
poder recibirte con fe y caridad.
Poder recibirte con fe y caridad.
Por el amor al hombre moriste en una cruz,
y al cáliz bajaste por nuestra salud.
Y al cáliz bajaste por nuestra salud.
Jesús, Rey del cielo, está en el altar,
su cuerpo, su sangre, nos da sin cesar.
Su cuerpo, su sangre, nos da sin cesar.
Entre sus ovejas está el buen pastor,
en vela continua lo tiene el amor.
En vela continua lo tiene el amor.
Oh cielo, oh tierra, canten a una sola voz:
Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios!
Bendito, bendito, ¡bendito sea Dios!
Ministro: Nos diste Señor, el Pan del Cielo
Todos: Que en sí contiene todas las delicias.
Oremos: Oh Dios, que bajo este admirable sacramento nos has dejado el memorial de tu pasión, concédenos, venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros los frutos de tu redención. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
(Si está presente un sacerdote o diácono, se dará la bendición del forma acostumbrada, de otra manera, se hace la reserva).
Letanías de desagravio:
Bendito sea Dios
Bendito sea su santo Nombre
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre
Bendito sea el nombre de Jesús
Bendito sea su sacratísimo Corazón
Bendita sea su preciosísima Sangre
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito
Bendita sea la excelsa Madre de Dios: María santísima
Bendita sea su santa e inmaculada concepción
Bendita sea su gloriosa asunción
Bendito sea el dulce nombre de María, Virgen y Madre
Bendita sea María, Madre de la Iglesia
Bendito sea San José, su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. Amén
CANTO DE SALIDA:
«DIOS ES FIEL»
Dios es fiel, guarda siempre su alianza,
libra al pueblo de toda esclavitud.
Su Palabra resuena en lo profetas,
reclamando el bien y la virtud.
Pueblo en marcha, por el desierto ardiente,
horizontes de paz y libertad.
Asamblea de Dios eterna fiesta,
tierra nueva, perenne heredad.
Si al mirar hacia atrás somos tentados
de volver a Egipto seductor,
el Espíritu empuja con su fuerza,
a avanzar por la vía del amor.
Si el camino nos lleva desaliento,
por ser largo y de gran dificultad,
con su gracia apoyemos nuestra fuerza
recordamos que es Dios de Libertad.
algdr2019.