¡Oh Jesús! Abrasado en ardiente amor por las almas, yo te suplico por las agonías de tu sacratísimo corazón y por los dolores y angustias de tu inmaculada Madre, laves con tu preciosa sangre a todos los pecadores de la tierra que están en agonía y tienen que morir hoy. Amén.
Corazón agonizantes de Jesús, ten misericordia de los moribundos.
* Esta oración la rezaba la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento.
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