jueves, 8 de marzo de 2018

El «Día Internacional de la Mujer» y su valiosa dignidad... Historia y realidad


Son muchos los países que, alrededor del mundo, han establecido el 8 de marzo como el «Día Internacional de la Mujer», una fecha que tiene que ver con la oficialización de la fecha que fijó la ONU en el año de 1975. Esta celebración tiene un largo camino recorrido y han sido distintos sucesos en los siglos XIX y XX los que han llevado a que se conmemore en esta fecha.

Uno de ellos es el recuerdo doloroso del 8 de marzo de 1857, fecha en que cientos de mujeres trabajadoras de una fábrica de textiles en Nueva York, realizaron una marcha para protestar por los bajos salarios que tenían, que eran menos de la mitad de lo que se les pagaban a los hombres. Esa marcha terminó con la muerte de 120 mujeres debido a la brutalidad con la que la policía dispersó aquella marcha. La cuestión es que en general se dice que aquello llevó a que dos años después, las trabajadoras sobrevivientes fundaran el primer sindicato femenino. Desde entonces las movilizaciones de las mujeres comenzaron a ser más notorias. Diez años después, en 1867, igual en el mes de marzo, se realizó una huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy, en Nueva York, quienes formaron un sindicato y pidieron un aumento de sueldo. Después de tres meses de huelga, las mujeres se vieron obligadas a regresar al trabajo sin haber logrado su demanda. 

Más adelante, las mujeres del Partido Socialista Norteamericano instauraron unas jornadas de reflexión y acción denominadas «Woman’s Day» que empezaron el 3 de mayo de 1908, en el teatro Garrick de Chicago, con el objetivo central de hacer campaña por el sufragio y contra la esclavitud sexual. Luego, en 1909, el grupo de Mujeres Socialistas en Estados Unidos, celebró por primera vez el Día Nacional de la Mujer el 28 de febrero, con una manifestación de al rededor de 20.000 personas que salieron a la calle a reivindicar igualdad de salarios, reducción de la jornada laboral y el derecho a voto. Un año después, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague se reiteró la demanda a la no discriminación laboral, el acceso a la educación y otros derechos esenciales. Sin embargo, no se concretó una fecha para conmemorar el Día de la Mujer. 

El 25 de marzo en 1911 Nueva York fue nuevamente escenario de uno de los acontecimientos más simbólicos en la lucha por la igualdad de género, cuando poco más de 100 mujeres y 23 hombres murieron en un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist. Unos cuantos días antes, en Alemania, se acababa de celebrar el 19 de marzo en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, el primer «Día Internacional de la Mujer», conmemorando un levantamiento ocurrido en Prusia en esa fecha. Las mujeres demandaban el derecho a voto, la igualdad de oportunidades para ejercer cargos públicos y el derecho al trabajo. En Alemania, en 1914 se tienen diversas manifestaciones, el periódico de las mujeres Die Gleichheit (La Igualdad) tuvo una tirada de 100 mil ejemplares. En Berlín se realizaron cerca de 45 manifestaciones ese día.

En 1917 las mujeres rusas eligieron el último domingo de febrero del «Calendario Juliano», que aún utilizaba ese país, para manifestarse contra la muerte de dos millones de soldados en la guerra. Las protestas y manifestaciones que iniciaron ese 23 de febrero condujeron a la caída del zar y a la llegada de un Gobierno provisional que les concedió el derecho a voto. En el calendario gregoriano, que se implantó en Rusia días después de la revolución, ese día era el 8 de marzo, la fecha no se oficializó hasta 1975, cuando la Organización de las Naciones Unidas convirtió el 8 de marzo en el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

Con los años, la ONU y sus organismos técnicos adjuntos, han promovido la participación de la mujer en condiciones de igualdad con el hombre en el logro del desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y el pleno respeto de los derechos humanos. La adquisición de derechos, poder e independencia por parte de la mujer, sigue siendo un elemento central de los esfuerzos de la Organización para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos en este mundo que se globaliza cada vez más. La ONU habla de la dignidad de los humanos y reconoce la igualdad, pero no habla de la Biblia, y sabemos nosotros que la dignidad de la mujer está fundamentada en el hecho de ser criaturas de Dios creados a «imagen de Dios». Él nos creó, «macho y hembra los creó» dice la Escritura (Gén. 1,27) y añade que bendiciéndolos, les dijo: «sean fecundos y multiplicaos, y llenen la tierra y sométanla» (Gén. 1,28). 

La ONU y muchas otras organizaciones, celebran a la mujer, más que nada considerada como trabajadora (aunque desde 1975 la fecha dejó de llamarse «Día de la mujer trabajadora»), pero parece ser que aún falta mucho para que celebración abarque a todas las mujeres (aunque en inglés y en frances se dice en plural: «International Women’s Day" y »Journée internationale des Femmes») y no solo a las que trabajan o tiene  alguna presencia relevante en torno a ese campo laboral en la sociedad, porque la mujer es algo mucho más que eso. Cierto que todavía hay mucha tarea que hacer en cuanto a la violencia de género y la igualdad de sueldos y oportunidades laborales para las mujeres, pero hay valiosísimas mujeres que dan su vida cada día en otros campos como madres biológicas o espirituales; como consagradas en la vida religiosa, como mujeres que da la vida y que ocupan un lugar preponderante en la familia como esposas. Creo, sinceramente, que la mujer merece mucho más que esta celebración de la ONU que exalta solamente una parte de la mujer.

Ciertamente, desde tiempos inmemoriales la mujer ha sido trabajadora, ha molido el trigo, ha ido por agua y ha horneado el de cada día en casa, ha compartido tareas agrícolas y ganaderas y hoy maneja autobuses, taxis, camiones de volteo y aviones, pero, sobre todo, la mujer ha dedicado muchísimas horas a ser esposa, hermana, amiga, consejera, consagrada, y se ha dedicado como madre y maestra, a la educación humana, espiritual y religiosa en la familia. El mundo está plagado de estas mujeres maravillosas a las que también hay que dirigir nuestra mirada y dar gracias al Señor por su existencia ¿Qué no podremos celebrar también y sobre todo esta asombrosa riqueza que Dios ha dado a la mujer sin hacer a un lado la igualdad que en derechos debe tener junto al hombre? ¡Tantas santas mujeres que la Iglesia nos ha dado! En primer lugar la Virgen María y tantas más: María Inés Teresa Arias, Teresita del Niño Jesús, Teresa de Calcuta, Rita de Casia, Filomena, Catalina de Siena, María de Jesús Sacramentado Vengas, Escolástica, Hildegarda de Von Bingen, Rosa de Lima y una lista que es interminable y que incluye a mujeres de hoy como Josefina Campos y Concepción Cabrera de Armida.

Valdría la pena leer hoy la carta que dirigió el beato Paulo VI en el año de 1975 a la mujer, con ocasión de la institución de este día de fiesta para agradecer la presencia de la mujer, la obra más hermosa de la creación. Yo por mi parte las encomiendo a todas al cuidado y protección de la mujer más grande de todas, María Santísima, la «humilde sierva del Señor» que con un «Sí» en medio de la oscuridad del mundo y en un lejano rincón, colaboró a transformar el mundo entero al darnos al Salvador. Pienso en mi mamá, mi cuñada, mis sobrinas, mi sobrina nieta, mis primas, mis demás parientes y amigas; en mis hermanas religiosas y las encomiendo a la Virgen María, para que ella sea su modelo de vida y bajo su amparo alcancen la felicidad. A la vez, guardo un hermoso recuerdo de las que ya han sido llamadas a la casa del Padre. ¡Felicidades a todas las mujeres en su día!

Padre Alfredo.

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