Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios el Padre del Cielo,
ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Dios el Espíritu Santo,
ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, One God;
ten misericordia de nosotros.
Santa María, Reina de los ángeles,
ruega por nosotros.
San Gabriel, glorioso Arcángel,
ruega por nosotros.
San Gabriel, fortaleza de Dios,
ruega por nosotros.
San Gabriel que estás ante el trono de Dios,
ruega por nosotros.
San Gabriel, modelo de oración,
ruega por nosotros.
San Gabriel, heraldo de la Encarnación,
ruega por nosotros.
San Gabriel quien reveló las glorias de María,
ruega por nosotros.
San Gabriel, el Principe de los Cielos,
ruega por nosotros.
San Gabriel, embajador del Altísimo,
ruega por nosotros.
San Gabriel, el guardián de la Virgen Inmaculada,
ruega por nosotros.
San Gabriel, que predijo la grandeza de Jesús,
ruega por nosotros.
San Gabriel, paz y luz de las almas,
ruega por nosotros.
San Gabriel, flagelo de los incrédulos,
ruega por nosotros.
San Gabriel, admirable maestro,
ruega por nosotros.
San Gabriel, fuerza de los justos,
ruega por nosotros.
San Gabriel, protector de los fieles,
ruega por nosotros.
San Gabriel, primer adorador de la Palabra de Dios,
ruega por nosotros.
San Gabriel, defensor de la Fe,
ruega por nosotros.
San Gabriel, celoso del honor de Jesucristo,
ruega por nosotros.
San Gabriel, q uien las Escrituras elogian como el ángel enviado por Dios a María, la Virgen,
ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros, bendito Arcángel Gabriel,
R. Para que nosotros nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oremos:
¡Oh! bendito Arcángel Gabriel, intercede por nosotros ante el trono de la Divina Misericordia en nuestras necesidades presentes, y así como anunciaste a María el misterio de la Encarnación, a través de tus oraciones y patrocinio en el cielo podamos obtener los beneficios de la misma, y cantar las alabanzas de Dios para siempre en la tierra de los vivos. Amén
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