El Evangelio de hoy (Mt 7,7-12) es un Evangelio corto que ilumina lo que estos jóvenes a quienes acompañamos han pedido al alcalde de nuestro municipio. Este Evangelio dice: «Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá...». ¡Y vaya que la Palabra de Dios es viva y eficaz! Pues, aunque el fragmento evangélico va dirigido a pedir a Dios directamente, estos jovencitos que no rebasan en su mayoría los 20años de edad, han solicitado atención y diversos acuerdos para que los parques que utilizan para sus reuniones —son más de 1,000 jóvenes en tres grupos en San Nicolás— les ofrezcan espacios seguros en donde puedan practicar sus diversas actividades que empiezan o terminan en nuestros templos parroquiales. ¿Qué piden nuestros muchachos? Un espacio digno en donde puedan completar su formación integral que les ayude a completar su desarrollo físico, intelectual-cultural, religioso-espiritual, psicosocial y técnico.
Los jóvenes, en la sociedad, son a la vez presente y futuro del mundo. Los jóvenes, a mi juicio y a juicio de muchos, son el engrane que hace dinámico el desarrollo de un pueblo. Por eso celebro el Evangelio de hoy, que sigue repitiendo que Dios es profundamente bueno, que desea «dar» cosas buenas a sus hijos y que hay que rezar con ese espíritu, con una confianza total. Estos jovencitos han orado en nuestras comunidades, han pedido al señor luz, para seguir caminando como grupos de Escuadrón, Cadena y Conquista, por los caminos de Cristo, ese Cristo que también fue joven y que, especialmente en el tiempo de Cuaresma, que estamos celebrando, nos invita a rejuvenecer el corazón, a acercarse a la misericordia de Dios que nos dará lo que necesitamos. ¡Felicidades muchachos, porque su Fe en el Buen Dios, hace posible el que sigan siendo ejemplo y arrastre para muchos! Que María Santísima cuide a nuestros jóvenes y que así como estos muchachos valientes, se han acercado a las autoridades civiles con la confianza de ser escuchados, nos acerquemos también nosotros a Dios sabiendo que nos dará lo que nos conviene. Oro por Daniel, por este alcalde sencillo y trabajador que al frente de nuestro municipio, lleva en su corazón el encargo de velar, como digo, por el presente y el futuro en estos y muchos otros jóvenes de hoy que hacen ya el mañana y le pido al Señor que haya más gente como él. ¡Bendecido jueves eucarístico y sacerdotal!
Padre Alfredo.
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