viernes, 10 de marzo de 2023

«Dos escenas de sufrimiento»... Un pequeño pensamiento para hoy


En el camino cuaresmal hacia la Pascua, no debemos olvidar que antes de llegar al momento de la resurrección del hemos de contemplarlo en la cruz muriendo por nuestros pecados. Esto es lo que trata de recordarnos la liturgia de la palabra de la Misa de hoy en donde contemplamos la historia de José —conocido como José el soñador— en el libro del Génesis (Gn 37,3-4.12-13.17-28) como primera lectura, y la parábola de los viñadores mal agradecidos en el Evangelio (Mt 21,33-43.45-46).

Las dos escenas son de sufrimiento. En la primera lectura José sufre porque sus hermanos, que inicialmente querían matarlo, lo venden y por otra parte el dueño de la viña, en el Evangelio, sufre porque le han matado a su hijo. Todo esto nos lleva a pensar en Cristo, que fue llevado al sufrimiento para alcanzarnos la salvación. Nosotros seguramente no vendemos a nuestro hermano por veinte monedas. Ni tampoco traicionamos a Jesús por treinta. No sale de nuestra boca el fatídico propósito «matémosle», dedicándonos a eliminar a los enviados de Dios que nos resultan incómodos.

Pero queda, de todos modos, una serie de preguntas que a la luz de esto debemos hacernos: ¿Somos una viña que da sus frutos a Dios? Precisamente el pueblo elegido es el que rechazó a los enviados de Dios y mató a su Hijo. Nosotros, los que seguimos a Cristo y participamos en su Eucaristía, ¿podríamos ser tachados de viña estéril, raquítica? ¿se podría decir que, en vez de trabajar para Dios, nos aprovechamos de nuestros hermanos y queremos acabar con los que estorban a nuestros planes? ¿Somos infieles o tal vez perezosos, descuidados? Con María revisemos las respuestas que podemos dar rumbo a la Pascua. ¡Bendecido viernes!

Padre Alfredo.

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