domingo, 12 de marzo de 2023

«Hablando de encuentros»... Un pequeño pensamiento para hoy


La vida está llena de encuentros y desencuentros. A mí, por ejemplo, me ha dado muchísimo gusto encontrarme con parte de la familia de mi padre que vive en el norte de Italia y a quien hace algunos días pude ver y espero verlos hoy mismo en la Misa de 1. ¿Quién no recuerda encuentros especiales? También vivimos desencuentros, aunque estos sean dolorosos, pero también forman parte de nuestra existencia. Esos desencuentros los vivo de forma física cuando como misionero soy cambiado de un lugar a otro, pero debo afirmar que el desencuentro, en estos casos se me da solamente de forma física, porque la gente que el Señor ha puesto en mi camino aquí en las diversas partes de México donde he estado, así como la Italia, la de Costa Rica, la de los Estados Unidos, la de Sierra Leona, la de España, la de Alemania y de otras partes, permanece en mi corazón para siempre.

También el Evangelio está plagado de encuentros y desencuentros. Por eso hoy, el Evangelio el día (Jn 4,5-42) en el que Jesús se encuentra con la mujer samaritana, me hace pensar en otros encuentros de Jesús con distintas personas: Nicodemo, Jairo, Zaqueo, la hemorroísa, el centurión, la mujer cananea, la pecadora, el ciego de Jericó, los pescadores del lago, los doce, los 72 discípulos, los hermanos de Betania, la gente... Después del encuentro con Cristo, la samaritana se transforma, deja su cántaro y corre entusiasmada al pueblo y va diciendo a todos: «Vengan a ver a un hombre», que es el Hijo del hombre, el Mesías que esperamos. Muchos de los samaritanos fueron y creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio. Y los samaritanos confesaron su fe: «Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo».

Pienso también en el encuentro constante que hemos de tener con Jesús y que no debe convertirse nunca en un desencuentro. Alexis Carrel, el biólogo, médico, investigador científico, eugenista y escritor franceses escribió: «El ser humano tiene necesidad de Dios, como del agua y del oxígeno». Hablando de este encuentro con Dios san Agustín, dirigiéndose a nuestro Creador, le dice: «Quiere alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación. Tú mismo le provocas a ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos has hecho para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». La Cuaresma marca un tiempo especial para el encuentro con Cristo, sea que se trate del primer encuentro, como el de quienes se preparan para el bautismo en la Vigilia Pascual o sea un encuentro tras otro para quienes ya llevamos camino recorrido en la fe. Hay que preguntarnos con ayuda de María: ¿Cómo van mis encuentros con Jesús en esta Cuaresma? ¡Bendecido domingo!

Padre Alfredo.

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