viernes, 24 de marzo de 2023

«El Justo y los justos como Él»... Un pequeño pensamiento para hoy


Apenas escuché la noticia de que había sido encontrado muerto el narcotraficante y asesino apodado el Chueco, que según se sabe dio muerte hace casi un año a los padres jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora cuando intentaban proteger a un guía turístico que buscó refugio en su parroquia y que también fue muerto a balazos como ellos. Este hecho coincide con el inicio e la primera lectura de la misa del día de hoy, tomada del libro de la Sabiduría (Sab 2,1.12-22) que dice: «Los malvados dijeron entre sí, discurriendo equivocadamente: “tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley...». 

De esta manera, el autor del libro sagrado nos presenta cómo las fuerzas del mal, encarnadas en los impíos, buscan ahogar la fuerza de Dios que se manifiesta en la vida de los justos. Es el conflicto que se ha mantenido siempre, es el mal que pasa por el mismo corazón del hombre. Este fragmento se dirige directamente a los judíos fieles de Alejandría que son perseguidos y despreciados por los judíos renegados y por los paganos. La Iglesia ve, en este texto, un anuncio de la pasión de Cristo, el hombre bueno por excelencia que abre el camino de tantos hombres y mujeres buenos que han dado la vida por Cristo y por el hombre. Estos dos sacerdotes, en el interior del templo, buscaban cobijar al que sin saber ellos por qué, era perseguido. Estaban en un lugar «sagrado» que ya para poca gente significa algo.

México ha sido, durante 14 años consecutivos, hasta el día de hoy, uno de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio, según el Reporte de incidencia de la violencia contra ministros, religiosos y laicos de la Iglesia católica en México, hecho por el Centro Católico Multimedial. Entre 1990 y 2022 han sido 63 los religiosos y 9 los laicos que han sido asesinados. El justo, sigue siendo perseguido, hoy es viernes y dentro de dos semanas justas estaremos en el Viernes Santo, fijos los ojos en la Cruz de Cristo, el Justo de los justos que murió para salvarnos. Pidamos al Señor que tenga misericordia de tanta violencia que nos rodea y que bajo la protección de María, sigamos dando testimonio y defendiendo la justicia de Dios. ¡Bendecido viernes!

Padre Alfredo.

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