Estos días de cuaresma, que de hecho van pasando muy de prisa, son un tiempo privilegiado para estar «a la escucha» de lo que Dios nos manda. Son días para escuchar a Dios y vivir en plenitud. Son días para junto a esa escucha, esté también la súplica, al Señor, de que experimentemos, que su Palabra escuchada sea «vida». En plena Cuaresma y a la luz del mensaje de Dios, es bueno hacernos una pregunta: ¿Estamos viviendo el sentido de la Cuaresma escuchando la Palabra de Dios? Pensemos que ese es el «sendero de la verdad y de la vida».
¡Qué afortunados somos nosotros, como pueblo, que tenemos un Dios tan cercano, un Dios que nos dirige su palabra, que nos orienta, que nos enseña su sabiduría! Siguiendo esos caminos que Dios nos señala, caminos que son en verdad justos y sensatos, llegaremos a la felicidad y a la vida, llegaremos al gozo de la Pascua eterna. Por eso ahora en Cuaresma, esto es como un ensayo. Con María sigamos caminando. ¡Bendecido miércoles!
Padre Alfredo.
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