miércoles, 29 de marzo de 2023

«Dos acontecimientos del día de hoy»... Un pequeño pensamiento para hoy

Dos acontecimientos marcan mi reflexión el día de hoy. El primero es el que por gracia de Dios, mi madre celebra su cumpleaños número 88 y bendito sea Dios, como muchos que la conocen de cerca pueden constatar, está bastante bien conservada y ágil. ¡Cómo no agradecerle al Señor un año más de vida de esta maravillosa mujer que Dios me dio como madre, y, en los últimos años, compañera de casa, pues aquí he estado con ella desde que llegué a Monterrey luego de mi último destino fuera, en Ciudad de México! Es, de verdad, una gran bendición para Lalo mi hermano y para mí, tener una madre que, a su edad, la contemplamos como un alma que dice: «¡No me alcanza el tiempo con tantas cosas que tengo por hacer!»... Pero, algo que en su vida llama mucho la atención, es que no deja su oración con el rezo de la Liturgia de las Horas completa, la escucha de la Santa Misa en Internet cuando no presencialmente y sus muchas devociones y tareas de la Agrupación de Esposas Cristianas. Además, hay que destacar que cocina maravillosamente con un sabor siempre exquisito y como dice ella: «Todo para gloria de Dios y María santísima!». 

El segundo acontecimiento es una bendición también, pues en estos días previos a la Semana Santa los que tenemos corazón y vocación misionera preparamos con gozo nuestras tareas apostólicas, impulsamos y alentamos a nuestros hermanos que salen de misión, poniendo nuestro granito de arena. Con gozo pude dar la bendición a nuestro querido amigo y bienhechor el doctor Leonardo Pérez Hernández, quien mañana jueves, a temprana hora, sale a nuestra parroquia de África, en Mange Bureh, Sierra Leona, para pasar tres semanas dando su servicio médico gratuito en la misión. Nancy Villegas, su asistente —a quien también quiero mucho y admiro— y yo, pasamos gran parte de la tarde preparando el arsenal de medicamentos que Leo llevará, para que pueda ser acomodado en las maletas que permite su largo viaje para llegar a Mange. ¡Dios te bendiga Leo y puedas hacer mucho bien!

Siento que el Evangelio de hoy (Jn 8,31-42), al acercarnos a la Semana Santa ya en unos días, nos alienta a trabajar en los intereses de Jesús en todo tiempo, pues destaca tres temas fundamentales en la vida de todo discípulo–misionero de Cristo: la fidelidad, la libertad y la filiación. Seguir a Jesús implica mantenerse fiel a su Palabra, de manera que el verdadero discípulo–misionero no es sólo el que cree, sino sobre todo el que escucha, vive y da testimonio de la Palabra. La vida, corta o larga —como la de mamá—; vivida en servicio —como Leo, Nancy y muchos más que queremos vivir en Cristo— es una tarea siempre en construcción, en cuanto cada día descubrimos a Cristo que nos revela su proyecto de vida para el mundo de hoy y nos llama a trabajar en sus intereses... ¡Por eso murió por nosotros en la cruz! El que ama como Jesús, vive en plenitud y su corazón respira el aire misionero depositado en nuestro ser en el bautismo para que todos le conozcan y le amen. María, la Virgen, es siempre para mí un ejemplo muy claro de todo esto, porque es la primera que vive la misión. Con ella, les invito a seguir caminando hacia la Pascua. ¡Bendecido miércoles!

Padre Alfredo.

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