¿Cómo enfrentarnos, como discípulos misioneros a un mondo tan hostil que, como digo, siempre se ha manejado fuera del ámbito de los creyentes de una forma inhumana con el egoísmo y la competencia que aplasta al otro para salir adelante? El mismo Jesús nos da la clave cuando agradece al Padre que toda su sabiduría la haya dado, no a los potentados y a los aparentemente sabios del mundo, sino a los humildes y sencillos. Así, la clave para saberse enviados por Cristo y constructores del Reino es la sencillez porque al Padre así le ha parecido bien. Con este pasaje Jesús cierra la boca no solo de algunos de los de su tiempo, sino a mucha gente de hoy que cree saberlo todo y que se siente contenta de tener el primer lugar a costa de abajar al otro. Jesús cierra la acción de gracias diciendo: «Sí, Padre, bendito seas, porque así te ha parecido bien» (Lc10,21). Los planes de Dios no van parejos con los planes de la sociedad mundanizada que pretende eficacia, salud, dinero, apariencia, poder, aparecer en los medios de comunicación y no se cuantas cosas más... Jesús tiene otros valores, valores que sólo pueden comprender los sencillos, los pequeños, los que ya están al servicio de los demás, los que no tienen aspiraciones y están abiertos a todos.
San Dionisio el Areopagita, es uno de los santos que la Iglesia celebra el día de hoy. Dionisio, que era muy inteligente, escuchó a San Pablo hablando ante el Areópago y se dio cuenta de que esa, que predicaba Pablo, era la verdadera sabiduría y así se adhirió a Cristo y fue primer obispo de Atenas (s. I). Dionisio debe su apodo a que vivía en el Areópago, un barrio de Atenas, y sede del consejo del mismo nombre y poco se sabe de su vida. Se cree que era miembro del tribunal, y por lo tanto, de la aristocracia ateniense. Y dicen los Hechos, que se convirtió Dionisio el Areopagita y una mujer llamada Dámaris. Su nombre es interesante y famoso, además, porque en el siglo VI se publicaron una serie de escritos de naturaleza mística e impronta neoplatónica, que fueron atribuidos por un buen tiempo a Dionisio el Areopagita. Estudios posteriores demostraron que pertenecían a un autor bizantino desconocido, al que, a falta de mejor nombre, se llamó Pseudo Dionisio Areopagita. Seguro san Dionisio, por su sencillez de vida, pudo captar como pocos, en aquel ambiente de sabios y letrados, el mensaje de Jesús a través de las enseñanzas de San Pablo. Es considerado el santo patrón de la ciudad de Atenas, junto a santa Filotea de Atenas y a san Jeroteo de Atenas. Así, la sencillez del mensaje cristiano ha movido muchos corazones de gente que posee la verdadera sabiduría, aquella que viene de lo alto. Pidamos a María santísima, Trono de la Sabiduría, que nos haga gustar de este mensaje de Cristo para hacerlo vida. ¡Bendecido sábado!
Padre Alfredo.
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