domingo, 22 de octubre de 2017

«DOMUND»... Un pequeño pensamiento para hoy


¡HOY ES DÍA DEL DOMUND! Celebramos alrededor del mundo el DOMingo MUNDial de las misiones. Recuerdo cuando desde adolescente renovaba en este día, con otros jóvenes allá en la colonia Cuauhtémoc de mi natal Monterrey, mi compromiso como misionero del grupo Van-Clar, fundado por la beata María Inés Teresa. Hoy el mundo es diferente, mientras en algunos países o algunos lugares de los países católicos, la fe católica sigue sosteniendo y sigue siendo referencia en el modo de vivir, pensar y regir de muchos, nos encontramos con un severo contraste aún en los países que se suponía estaban evangelizados, un contraste serio e incomprensible de una sociedad globalizada y envolvente que intenta arrinconar a Dios en el santuario de la privacidad de cada persona. El mundo, la tierra, sus habitantes…todo es de Dios y, por lo tanto, con el Evangelio en la mano —como discípulos-misioneros que somos— hoy todos, no solo los miembros de grupos misioneros, debemos renovar nuestro compromiso misionero recibido en el bautismo para ofrecer y dar a Dios lo que es de Dios (Mt 22,12), lo que es creación suya. No nos puede dejar indiferentes a los bautizados el saber que millones de hombres, redimidos, como nosotros, por la sangre de Cristo, viven todavía sin conocer a fondo el amor de Dios, o que conociéndolo no pueden estar suficientemente atendidos en su fe. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir el deber supremo de anunciar a Cristo a todos los pueblos.

El Papa Francisco, en su mensaje para el DOMUND de este año, nos recuerda que «la Iglesia es misionera por naturaleza; y que, si no lo fuera, no sería la Iglesia de Cristo, sino sólo una asociación entre muchas otras, que terminaría rápidamente agotando su propósito y desapareciendo» (cf. Mensaje del DOMUND 2017). En el mismo mensaje el Santo Padre nos deja una serie de preguntas que tocan nuestra identidad cristiana y nuestras responsabilidades como creyentes, en un mundo confundido por tantas ilusiones, herido por grandes frustraciones y desgarrado por numerosas guerras fratricidas, que afectan de forma injusta sobre todo a los inocentes. ¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión? y va él mismo dando respuesta. El Papa Francisco nos invita a tener el valor de asumir la audacia del Evangelio; además el coraje y la valentía para salir de nosotros mismos, para resistir la tentación de la incredulidad, para gastarnos por los demás y por el Reino, para atrevernos a soñar con llegar al más apartado rincón de la Tierra. Es tremendo pensar que, después de dos mil años, dos terceras partes de la humanidad no conocen todavía a Cristo, y tienen necesidad de Él y de su mensaje de salvación. «¡Qué todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero!» le gritaba desde el fondo de su corazón la beata María Inés en una intensa vida de acción misionera sostenida por una profunda oración ante Jesús Eucaristía.

Es la hora de contagiarnos de ese entusiasmo misionero y del de tantos santos y beatos que, con la actividad misionera unida a la oración, buscaron con su vida dar a Dios lo que es de Dios... La mayoría de nosotros vivimos la misión en el lugar donde estamos, algunos son enviados por la Iglesia a otros ámbitos geográficos; pero todos hemos de sentir la necesidad de transformar nuestra existencia en un compromiso misionero. Vale la pena, entonces, recordar aquellas palabras de San Juan Pablo II: «La Misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da muevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!» (cf. Redemptoris missio, 2). Este día del DOMUND, dirijamos nuestra mirada a la Virgen María, icono sublime de la acción misionera. Ella se dirige presurosa, portadora de la Buena Nueva, a servir a su partienta Isabel (Lc 1,39), ella es modelo misionero para la Iglesia. Pidámosle que ella nos enseñe a todos los discípulos-misioneros a generar y custodiar la presencia viva y misteriosa del Señor Resucitado, que renueva y colma de gozosa misericordia las relaciones entre las personas, las culturas y los pueblos, dando a Dios, lo que es de Dios. ¡Feliz día del DOMUND y felicidades a todos nuestros hermanos Vanclaristas que renuevan su compromiso misionero en las diversas naciones en donde el grupo está presente!
Padre Alfredo.

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