El Tiempo Ordinario, en latín llamado «per annum» es un espacio de tiempo litúrgico que se divide en dos partes y en el que recorremos, en la lectura del Evangelio de la Misa de cada día, la vida pública de nuestro Señor. La primera parte comienza hoy, al día siguiente a la fiesta del Bautismo del Señor y continúa hasta el inicio de la Cuaresma que será el 22 de febrero. La segunda parte comienza el lunes siguiente a Pentecostés y termina el sábado anterior al I domingo de Adviento, que iniciaremos el 3 de diciembre. Este tiempo está marcado, por dos calendarios, el lunar, que marca la Pascua, que en este 2023 será el 9 de abril y, por tanto, el inicio de la Cuaresma, el tiempo de Pascua y su fin, en Pentecostés el 28 de mayo; y por el solar, que marca la duración de los tiempos de Adviento y de Navidad, atendiendo a una fecha fija que es el 25 de diciembre.
En los domingos se utilizará el propio de la Misa que indica el misal para cada uno de ellos, así como las lecturas de ese domingo, de acuerdo al ciclo trianual que este año litúrgico es el ciclo A. Para las ferias —las Misas de lunes a sábado— se toma el propio de cualquier domingo del tiempo ordinario, de cualquier santo, de las misas votivas o de las misas por diversas necesidades. Las lecturas sí son establecidas para cada feria. La primera lectura y el salmo varían en los años pares e impares, mientras que el Evangelio es fijo para cada feria. Este año es un año impar. Adentrémonos de la mano de María a vivir este tiempo, que seguro se nos irá volando hasta empezar la Cuaresma. ¡Bendecido martes!
Padre Alfredo.
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