lunes, 2 de enero de 2023

«El primer día laboral de la semana»... Un pequeño pensamiento para hoy


Tradicionalmente, dentro de la tradición judeocristiana, el primer día de la semana siempre ha sido el domingo, eso lo sabemos perfectamente. Así, la mayoría de los cristianos de hoy celebramos el domingo como el día de descanso para recordar que Cristo resucitó el domingo. El domingo es el primer día de la semana, pero también sabemos que el lunes es el primer día de la semana laboral y académica en la sociedad. Internacionalmente, el lunes se ha considerado como el primer día de la semana. Esta es una norma internacional que cubre los datos relacionados con la hora y la fecha, y fue emitida por la Organización Internacional de Normalización. De esta manera, podemos considerar que hoy iniciamos la primera semana laboral de 2023. Al empezar la rutina de trabajo en este nuevo año, lo más importante es visualizar los propósitos que nos hemos hecho, los proyectos que tenemos pendientes de realizar, los retos que nos hemos puesto y creer que con la bendición de Dios alcanzaremos la capacidad de realizarlos. Una mente llena de la alegría del Evangelio puede transformar una semana corriente en algo excepcional y único. 

El optimismo puede ser un motor de cambio y una actitud inteligente ante la vida que nos ayuda en nuestro desarrollo personal. Me acabo de encontrar un mensaje que el Papa Francisco pronunció el 9 de febrero del año pasado y que ilustra nuestro quehacer de cada día en esta cuestión del trabajo en la vida de cada día. El Papa Francisco dice: «La vida cotidiana se puede comparar con el trabajo diario de los pescadores, ya que, cada día la barca de nuestra vida abandona la orilla de nuestro hogar para adentrarse en el mar de las actividades cotidianas; cada día intentamos “pescar mar adentro”, cultivar sueños, llevar adelante proyectos, vivir el amor en nuestras relaciones. Pero a menudo, como Pedro, experimentamos la “noche de las redes vacías’” y la “decepción de esforzarse tanto y no ver los resultados deseados”. Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones. Dos carcomas muy peligrosas. Es precisamente cuando el “barco” de uno está vacío, “cuando no tenemos nada que ofrecerle”, que hay espacio para que Jesús entre “en nuestros vacíos” y los llene con su presencia».

«Dios no quiere un crucero» —afirmó el Papa en esa ocasión— «Le basta con un pobre barco “destartalado”, siempre que lo acojamos. Con el Señor, las personas pueden navegar en el mar de la vida sin miedo, sin dejarse llevar por la desilusión cuando no pescamos nada y sin rendirnos». Hasta aquí las palabras del Papa. Quiero invitarles a meditar así, con esta certeza de que en todo momento el Señor está con nosotros, porque debemos ser realistas y asimilar de este segundo día del año nuevo y primer día de semana laboral que no todos los días nos saldrá todo bien. Sabemos que habrá momentos difíciles, pero bajo la mirada dulce de María y con la ayuda eficaz siempre del Señor, saldremos adelante. ¡Bendecido lunes, inicio de semana laboral!

Padre Alfredo.

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