martes, 15 de noviembre de 2022

«Zaqueo»... Un pequeño pensamiento para hoy


Apenas el domingo, 30 del pasado mes de octubre, la liturgia de la Palabra nos presentaba el mismo Evangelio que la Misa del día de hoy nos regala y en el que se narra la conversión de Zaqueo (Lc 19,1-10). Casi me vi tentado a remitirlos al pequeño pensamiento de ese día y no escribir nada para hoy... pero Alguien me dice que no, que comparta algo sobre este pasaje tan conmovedor y que, como he dicho muchas veces, me hace recordar los pasos del sacramento de la reconciliación.

El texto nos dice que Zaqueo era publicano —recaudador de impuestos para la potencia ocupante de aquel territorio de Israel, los romanos—, Este hombre era despreciado y sus negocios debieron ser un tanto dudosos. Pero Jesús, con mucha cortesía, se hace invitar a su casa y consigue lo que quería, lo que había venido a hacer a este mundo: «hoy ha sido la salvación de esta casa, porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». Los demás excomulgan a Zaqueo, pero Jesús va a comer muy a gusto con él.

De esta manera, una acción muy concreta de Jesús, viene a poner de manifiesto el carácter ilimitado de la misericordia divina. Superando los prejuicios de impureza, comparte la vida con un jefe de los recaudadores de impuestos. La crítica dirigida a su actitud se convierte en ocasión para subrayar el significado del «Hoy» salvífico de Dios. Así como viene Jesús al encuentro de Zaqueo, viene a nuestro encuentro cada vez que nos acercamos al sacramento de la Reconciliación. Jesús busca a los que le abran su corazón para poder llenarlos de gracia, de amor y de perdón. Hoy su corazón se alegra en la alegría de la conversión de Zaqueo y de cada uno de nosotros. De la mano de María, dejémonos mirar por Jesús. ¡Bendecido martes!

Padre Alfredo.

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