La antífona de entrada de la Misa de este día reza así: «Vendrá el Señor, mi Dios, y con él todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz» (Cfr. Zac ,5-7). Estos pequeños renglones centran mi momento de meditación en el tiempo de Adviento, que es el que estamos viviendo y, sobre todo, en la primera parte de este tiempo, que corre hasta el día 16 y que nos invita a meditar en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. ¿Cómo nos va a encontrar el Señor Jesús al venir por nosotros? ¿Qué le podremos ofrecer?
La antífona me abre el corazón a imaginar aquel momento de luz en el que el Señor vendrá con todos los santos... ¡será un momento hermoso ver a todos estos hombres y mujeres ilustres que han hecho de su vida un himno de alabanza a nuestro Dios. ¿Cómo será esa luz esplendorosa de la que habla Zacarías?... Hay tanto que meditar sobre la segunda venida del Señor, pero, sobre todo, hay mucho que mantener en pie y preparar para que Él nos encuentre dispuestos a recibirlo. Vamos empezando el Adviento... es tiempo de ponernos en marcha. Que la Virgen Santísima, gracias a quien recibimos al Señor en su primera venida, nos ayude a disponer el corazón para recibirlo de nueva cuenta. ¡Bendecido martes!
Padre Alfredo.
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