viernes, 29 de julio de 2022

«Marta, María y Lázaro»... Un pequeño pensamiento para hoy


Hoy la Iglesia celebra a los grandes amigos de Nuestro Señor, Marta, María y Lázaro. Ellos vivían en Betania, un lugar muy pintoresco que está cerca de Jerusalén —como a tres kilómetros más o menos— que tuve ya ocasión de visitar hace unos cuantos años. Allí vivían estos tres hermanos que, como la Escritura nos deja ver, tuvieron una gran amistad con Jesús. Se comprende muy bien, ese clima de amistad porque el evangelio nos narra la visita de Jesús, no como alguien desconocido o como alguien con el que hay que quedar bien, sino como el amigo que llega y está a gusto. La escena nos muestra, por así decir, los tiempos refrescantes que Cristo pasaba con sus amigos. La beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento nos dice en una de sus cartas: «La amistad es ciertamente hermosa cuando de ella nos servimos para ir más derechamente a Dios».

El evangelio de hoy (Lc 10,38-42) nos sitúa en la casa de Marta y María, que actúan y se mueven con sencillez; no se dice nada de Lázaro en esta ocasión, pero es normal pensar que estaba allí o que estaba trabajando posiblemente. En este párrafo del evangelio, nos muestra que Jesús aprovechó la sencillez y la confianza de Marta para dejar sentado el orden de lo necesario y lo superfluo. Primero la oración y, unida a ella, el trabajo, lo demás puede esperar. Jesús revela como la oración es el núcleo y la raíz de toda actividad para que de ésta resulte algo vivo y sano.

El pasaje es muy conocido. En él María está a los pies de Jesús mientras Marta se afana en el aseo de la casa y tal vez también en la preparación de la comida, pue en aquellos tiempos no había didi food o uber eats para pedir comida a domicilio. María dio preferencia a lo que realmente lo merecía. Había elegido oír la palabra de vida eterna. María tuvo en sus manos el escoger entre ser partícipe de la preocupación de Marta y adquirir reputación como una excelente ama de casa, o sentarse a los pies de Cristo y aprender del maestro. Con la respuesta de Jesús sabemos cuál es la mejor parte y seguramente Marta lo comprendió muy bien. Pidámosle a la Virgen María, que seguramente también fue muy amiga de ellos, que nos ayude a valorar la presencia de nuestros amigos. ¡Bendecido viernes!

Padre Alfredo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario