martes, 19 de julio de 2022

«La familia de Jesús»... Un pequeño pensamiento para hoy


¡Qué extraordinaria revelación hace Jesús a la gente de su tiempo! El discípulo–misionero es «un pariente de Jesús». Nuestro Señor, en el evangelio de hoy (Mt 12,46-50) ofrece a los hombres la cálida intimidad de su familia. Entre Dios y los hombres ya no hay sólo relaciones frías de obediencia y sumisión como entre un amo y los subalternos... Con Jesús, nuestro hermano mayor, entramos en la familia divina, como sus hermanos y hermanas, como su Madre. Por todo esto, ¿qué es lo que debe cambiar en nuestras relaciones con Dios? 

Sí, los lazos de sangre, de amistad, de relaciones humanas, de raza, por importantes que sean no son los decisivos en el Reino de Dios: una nueva relación familiar se instaura... millones de hermanos de todo el mundo. Y es cierto que un verdadero intercambio de corazón a corazón entre «hermanos y hermanas de Jesús» puede a menudo ser más rico y más fuerte, que entre parientes según la carne. Es un gran mensaje y una verdadera revolución para la humanidad.

Como la santísima Virgen, la Madre, que entra en pleno en esta nueva definición de familia, porque ella sí supo decir —y luego cumplir— aquello de «hágase en mi según tu palabra», así nosotros también podemos entrar en este parentesco espiritual con Cristo. María aceptó la voluntad de Dios en su vida. Los Padres de la Iglesia, sucesores de los Apóstoles, decían que ella fue Madre antes por la fe, que por la maternidad biológica. Es el mejor modelo para nosotros los creyentes. Que ella interceda por todos para sepamos ser la familia de Jesús. ¡Bendecido martes!

Padre Alfredo.

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