domingo, 19 de junio de 2022

«Sigamos a Jesús»... Un pequeño pensamiento para hoy


Tuvimos en la parroquia la Primera Comunión de 58 alumnos de nuestra escuela de catequesis «Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento» en una eucaristía llena de gozo y gratitud al Señor por este regalo maravilloso de Jesucristo que llega sacramentalmente por primera vez a estos pequeños que se prepararon para recibir dicho sacramento. En la celebración recordamos lo importante que es la «segunda comunión» y la tercera, la cuarta y todas las demás, pues por desgracia hay muchos niños y niñas a quienes después de haber hecho su Primera Comunión ya no los llevan a misa y dejan entrar a Satanás en sus vidas alejándolos de Dios. La participación activa en la misa dominical aleja las insidias del enemigo y nos llena de felicidad.

El Señor nuestro Dios quiere que lo identifiquemos siempre, que sepamos afirmar quién es él, como nos propone el evangelio de este día (Lc 9,18-24) cuando pregunta a sus discípulos quién dice la gente que es él y luego directamente a ellos quién dicen que es Jesús. Ahora preguntémonos nosotros: «Para mí, ¿quién es Jesús? Ayer los que comulgaron por primera vez nos hicieron ver que Jesús es nuestro Dios, nuestro amigo que nunca falla, Aquel que nos está esperando siempre con los brazos abiertos, especialmente en la misa dominical para llenarnos de gracia, de manera que la podamos esparcir a los demás.

Después de la respuesta de Pedro, que en nombre de todos los discípulos responde a la pregunta diciendo que Cristo es «El Mesías de Dios», el Señor se dirige a la multitud e invita a todos a tomar la cruz para seguirle. Así que ir detrás de Jesús implica cargar la cruz y esa cruz bien que sabemos cuál es, la que nos toca a cada uno, a veces más pesada, a veces más liviana, pero una cruz que de alguna manera, nos permite alcanzar la vida nueva que nos ofrece el Señor. Cargar la cruz y renunciar a sí mismo. Jesús nos está invitando de un modo distinto a renunciar a nuestros egoísmos, a todo aquello que de alguna manera no nos permite estar cerca de él, como el faltar a misa los domingos. Pidamos a María Santísima que nos acompañe a la celebración de nuestra misa dominical con la cruz que cargamos reconociendo a Cristo como nuestro Salvador. ¡Bendecido domingo!

Padre Alfredo.

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