sábado, 25 de junio de 2022

«La natividad de san Juan Bautista»... Un pequeño pensamiento para hoy

El día de san Juan —solemnidad de la natividad de san Juan Bautista— se celebra siempre el 24 de junio, pero este año coincidió con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, por eso, por la precedencia que Cristo tiene sobre san Juan, esta solemnidad se traslada al día de hoy. La fiesta de los santos y los beatos suele celebrarse en el día de su muerte pues con la muerte el santo alcanza la perfección del amor y nace a la vida eterna. A veces, esa fiesta se celebra en alguna otra fecha importante de sus vidas, pero nunca el día de su nacimiento. Solamente se celebra el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo el 25 de diciembre, el de la Virgen María el 8 de septiembre y Juan el Bautista el 24 de junio.

El nacimiento de Juan el Bautista está rodeado de misterios, basta ver el evangelio de hoy (Lc 1,57-66.80) para recordar su concepción milagrosa de una mujer anciana y estéril; a su padre Zacarías, que se queda mudo por no creer en el anuncio del ángel; y ese primer encuentro con Jesús en el vientre de su Madre, cuando María visita a su prima Isabel. La mano del Señor estaba con él, desde el vientre materno. Zacarías dice que le llamarán profeta del Altísimo, porque irá delante del Señor a preparar su camino… El precursor… La voz que grita en el desierto, conviértanse y preparen el camino del Señor.

También cada uno de nosotros tiene una identidad y un misión… Somos en cuanto personas, seres únicos e irrepetibles. Cada uno de nosotros viene a este mundo a cumplir una tarea y hemos sido ungidos en el Bautismo y en la Confirmación, para ser apóstoles y profetas… Debemos preparar el camino del Señor en muchos corazones, debemos ser también como esa Voz que grita en el desierto de tanta indiferencia y cuya vida conocemos hasta su martirio. Que San Juan Bautista, junto con María santísima, a quien nunca debemos hacer a un lado, interceda por nosotros y nos ayude a tomar conciencia de nuestra vocación, a ser humildes y confiados como san Juan Bautista, y sobre todo a tener el coraje de mantenernos fieles a la verdad y de nunca obrar respondiendo a las presiones o intereses en contra de nuestra consciencia. ¡Bendecido sábado!

Padre Alfredo.

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