lunes, 6 de junio de 2022

«María, Madre de la Iglesia»... Un pequeño pensamiento para hoy


Hoy volvemos al tiempo ordinario en la liturgia. Con la fiesta de Pentecostés hemos cerrado el tiempo de Pascua y ahora volvemos a lo ordinario cobijados por la santísima Virgen María a quien hoy celebramos como «Santa María Virgen, Madre de la Iglesia». En el evangelio de hoy (Jn 19,25-34) se lee la escena de Jesús en la cruz y junto a él su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Así, para la celebración de esta memoria de la Virgen nos trasladamos a esos momentos en los que Jesús pendía de la cruz y su madre le acompañaba.

Las palabras de Jesús: «He ahí a tu hijo», realizan lo que expresan, constituyendo a María madre de Juan y de todos los discípulos destinados a recibir el don de la gracia divina. Por eso le rendimos una especial veneración como Madre de la Iglesia. Al mismo tiempo, Jesús recomienda a Juan que esté al tanto de su madre con particular amor, es decir, se la confía, para que la reconozca como su propia madre. La Virgen acoge en silencio la elevación a este grado máximo de su maternidad de gracia, habiendo dado ya una respuesta de fe con su «sí» en la Anunciación.

La Virgen María fue solemnemente proclamada como «Madre de la Iglesia» en el Concilio Vaticano II el 21 de nov. de 1964, sustentando esto en este pasaje evangélico que la liturgia del día de hoy nos regala. María Santísima es verdaderamente madre nuestra. Ella nos engendra continuamente a la vida sobrenatural. Ella como madre intercede continuamente por nosotros ante su Hijo. Ella siempre nos indica el camino a Cristo y nos concede las gracias necesarias para andar. Al volver a la vivencia del Tiempo Ordinario en la liturgia de la Iglesia, encomendémonos a ella. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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