En el Evangelio de hoy (Jn 10,1-10) Jesús se presenta primeramente reflejado en el pastor de las ovejas que entra por la puerta y es reconocido, incluso en su voz, por las ovejas que le siguen. En la segunda mitad del Evangelio cambia la imagen y ahora Cristo se presenta como la puerta por la que entran las ovejas. Se trata así de dos ideas diferentes y complementarias. En la primera Cristo es contrapuesto a aquellos para quienes las ovejas no son suyas ni le importan. La segunda nos indica que la entrada en el Reino y la salvación no se produce sino por el mismo Cristo.
Estas figuras del Evangelio de hoy —pastor y puerta— expresan la función salvadora y mediadora de Jesús y también su estilo de servidor sacrificado que da la vida por sus ovejas. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Tm 2. 5); sólo a través de él la vida y la luz llegan a los hombres, y los hombres llegan a la salvación y al Padre. Hoy, de la mano de María, podemos exclamar: «Pastor bueno, que eres a la vez la Puerta, vela con solicitud sobre nosotros y haz que el rebaño adquirido, pueda gozar eternamente de las verdes praderas de tu reino y tener parte de la admirable victoria. Amén». ¡Bendecido domingo!
Padre Alfredo.
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