lunes, 1 de mayo de 2023

«San José Obrero»... Un pequeño pensamiento para hoy


No me parece casualidad que el mes de mayo, dedicado por excelencia a la santísima Virgen María, se inicie con la fiesta de su amadísimo esposo, san José, en su condición de obrero. Y esto porque es difícil concebir a María Santísima, sin san José, en los primeros años de formación de Jesús, verdadero Dios, como verdadero hombre. En coincidencia con el Día Mundial del Trabajo, esta celebración litúrgica en honor de san José —a quien se celebra el 19 de marzo— fue instituida en 1955 por el Papa Pío XII, ante un grupo de obreros que se encontraban reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

Pese a ser escasamente mencionado en el Nuevo Testamento —solamente en san Mateo, san Lucas y una vez en san Juan—, la figura de San José obrero trae consigo un ejemplo vivaz y ejemplar para los trabajadores del mundo. Pese a la transformación laboral de los últimos tiempos, el humilde carpintero de Nazareth, invita a los obreros del mundo a generar conciencia en su labor. San José obrero, pese a las inseguridades personales que nos muestra la Biblia, supo reconocer y aceptar, a través del silencio, el Plan que Dios tenía para él. Bajo el esfuerzo del trabajo, supo elegir el fiel cumplimiento de sus deberes, por sus inclinaciones o preferencias. 

Hoy lo podré celebrar precisamente compartiendo la Eucaristía solemne en la parroquia de san José Obrero, a unas cuantas cuadras de casa de mi madre, pues es la parroquia vecina y tan querida para mí. Allí recuerdo siempre dos cosas: primero, el tiempo en el que estuve en el grupo de Van-Clar y tocaba la guitarra en la misa dominical de 8 de la noche y segundo, aquel momento especial como Misionero de Cristo, cuando hice allí mi primera profesión religiosa pública. Allí contemplaré nuevamente la imagen del Esposo de María en su taller, celebrando que no deja de hacer valer el trabajo que él mismo le enseñó a su propio hijo. María, por supuesto, estará presente y con san José, intercederá por nosotros. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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