Esta convivencia expresa lo que la primera lectura de hoy (Hch 13,26-33) en torno a lo que significa evangelizar nos muestra, que es, en definitiva, anunciar a Cristo Jesús. Si estamos convencidos nosotros mismos de que en él se encuentra la plenitud de todo, no deberíamos tener miedo de proclamarlo, con nuestras palabras y nuestras obras, a todos aquellos en los que influimos en nuestra vida. Eso es lo que hacen nuestros hermanos Vanclaristas en su condición de laicos en medio del mundo. El ver a estos hermanos laicos, desde niños pequeños hasta gente de la tercera edad, llenos de la alegría del Evangelio viviendo el carisma Inesiano, llena de esperanza el corazón en medio de un mundo que parece alejarse cada vez más de los designios de Dios.
La reunión me hizo ir también al evangelio de hoy, en el que Jesús se nos presenta como el único camino que lleva a la vida y a quien todos, según nuestra vocación específica, hemos de seguir (Jn 14,1-6). Ante un mundo desconcertado y perdido, en busca de ideologías y felicidades pasajeras, Jesús es la respuesta de Dios. Por eso el lema que la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento dejó para nuestros hermanos Vanclaristas «Vivir para Cristo», les sostiene y les ayuda a dar testimonio de vida cristiana en el lugar donde se encuentran y con su entusiasmo apostólico nos contagian también a los consagrados. Que María santísima interceda por todos ellos y por nosotros. ¡Bendecido viernes!
Padre Alfredo.
P.D. Si alguien me ha enviado algo sobre algún asunto importante a mi WhatsApp, tenga la bondad de volverlo a enviar, pues se me borraron todas las conversaciones, conservando solamente los contactos con sus nombres bien identificados... ¡Gajes del oficio de uno que es el eterno aprendiz de estos medios telemáticos!
* En la fotografía parece el grupo de Van-Clar Fundadores Monterrey.
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