En base a esto pienso en los viajes misioneros de san Pablo y sus compañeros. Verdaderos Periplos que seguramente serían tan agotadores como las largas horas que muchos de nosotros tenemos que pasar frente a la pantalla de la computadora o de los teléfonos inteligentes para llevar la Buena Nueva a todos. La primera lectura de hoy nos pone el pasaje que habla de la conclusión del primero de estos viajes misioneros de san Pablo (Hch 14,19-28). Pablo y Bernabé hacen, en sentido inverso, el itinerario que acaban de recorrer para afianzar las comunidades fundadas. Ese viaje, según los datos, ha durado tres años aproximadamente. Se desarrolló, más o menos, entre los años 45 y 48. Solamente quince años después de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y fue ya una primera experiencia de aclimatación del Evangelio en tierra pagana
Nosotros ahora viajamos para evangelizar, como digo, por medio de Internet, especialmente a través de las redes sociales. Por mi parte puedo hablar del viaje cibernético que hago cada día con este «pequeño pensamiento» que trata de llegar allende las fronteras de mi México lindo y querido para llevar un espacio escrito de reflexión que reviva la alegría del Evangelio en los corazones. ¿Tú qué haces en las redes sociales para compartir el Evangelio? Pidamos la intercesión de la santísima Virgen para que sigamos aprovechando la valiosa oportunidad que todos estos medios telemáticos que la época que nos ha tocado vivir nos ofrecen. ¡Bendecido martes!
Padre Alfredo.
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