Por lo pronto hoy sí les dejo unas cuantas líneas para meditar. En estas dos semanas que quedan de Pascua el Resucitado nos prepara para vivir el misterio de su «ausencia». Cristo mismo, a pesar de que no le vemos, porque está en estado glorioso, sigue estándonos presente: a pesar de que «vuelve» al Padre, sin embargo, nos dice en el Evangelio de hoy (Jn 14,15-21): «no los dejaré desamparados», «yo sigo viviendo», «yo estoy con mi Padre, ustedes conmigo y yo con ustedes». Recordemos que las palabras de despedida el día de la Ascensión, el próximo domingo serán: «Yo estoy con ustedes todos los días».
Yo creo que este domingo es una buena ocasión —como lo ha sido todo el tiempo de la Pascua— para insistir en la gozosa convicción de que Cristo no está nunca lejos de nosotros, sino entrañablemente cercano, según su promesa: en la comunidad, en su Palabra, en sus sacramentos, de modo particular en su Eucaristía, y también en la persona del prójimo en nuestra familia y en nuestros amigos y en quienes, necesitados, se cruzan en nuestro camino. Que la Virgen nos asista y acreciente nuestro amor a su Hijo resucitado. ¡Bendecido domingo!
Padre Alfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario