sábado, 22 de octubre de 2022

«Dar fruto»... Un pequeño pensamiento para hoy


Este jueves pasado tuvimos en la parroquia la visita de una reliquia de primer grado (cabello) del beato Carlo Acutis. Aquello era un mar de gente que me encantaría ver en las Misas de los domingos y de entre semana. Desgraciadamente todavía hay muchos católicos que yo llamaría «sensacionalistas» que solamente van a la Iglesia cuando hay cosas extraordinarias y se olvidan de que cada día, y en especial el domingo, Cristo nos espera en la Eucaristía. A mí lo que más me llamó la atención, no fue la gran cantidad de gente adulta que había, sino el hecho de que muchos jóvenes se sientan motivados a vivir la fe por el testimonio de este jovencito recientemente beatificado y que utilizando las redes sociales sembró un gran amor a Jesús Eucaristía. ¡Muchos de ellos eran caras conocidas que no fallan a Misa el domingo! Espero que por lo menos unos cuantos de los adultos que asistieron y que poco los vemos por la Iglesia, se animen a vivir la Eucaristía dominical. ¡Que la intercesión de Carlo Acutis les ayude a redescubrir el valor tan grande de participar en la Eucaristía cada domingo y fiestas de guardar!

El texto del Evangelio de hoy (Lc 13,1-9) me lleva a reflexionar en las oportunidades que Dios, como padre bueno y misericordioso, da a tantos de sus hijos para encontrarse con Cristo en la Eucaristía y dar muchos frutos. Aunque el 84 % de los mexicanos se declara católico, son apenas unos cuantos los que asisten a la Eucaristía dominical y la viven intensamente. Sin embargo Dios, como el ejemplo de la higuera que Jesús nos pone en el Evangelio, sigue esperando la decisión de vivir en plenitud la fe recibida en el bautismo. Como católicos... ¿Podemos decir que damos a Dios los frutos que esperaba de nosotros el Señor? ¿Podemos afirmar que si nos llamara ahora mismo Dios a su presencia tendríamos las manos llenas de buenas obras o, por el contrario, vacías? ¿Somos católicos «sensacionalistas» o con gozo celebramos cada domingo la Eucaristía?

Dios nos ha regalado la presencia de Jesús en la Eucaristía para que no nos convirtamos en una higuera estéril, sino que nos transformemos en un árbol que dé abundantes frutos de solidaridad, justicia e igualdad. Por eso, advierte al pueblo que tiene un breve tiempo, en el que Dios espera que la higuera de los frutos que le corresponden. Terminado el tiempo, Dios decidirá qué hacer con ella. Así, el Pueblo tiene que entender que el tiempo no es indefinido, sino que debe comenzar aquí y ahora a cambiar su manera de pensar y a transformar su manera de actuar. Sigo pensando en el mar de gente del jueves pasado y le sigo pidiendo a Dios que toda esa gente viva intensamente la Misa dominical y no sólo asista a la Iglesia cuando hay algo extraordinario porque, ¿qué más extraordinario que Dios nos reciba en audiencia en Misa y nos de a su Hijo en la Eucaristía? Que María interceda por nosotros para que el centro de nuestras vidas sea, como en el caso de Carlo Acutis y tantos beatos y santos, el centro de nuestras vidas.

Padre Alfredo.

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