Hoy el Evangelio nos presenta, en san Lucas (Lc 12,1-7) a Jesús que habla con autoridad sobre este tema a la muchedumbre que se le amontonaba para escucharlo y entre los que seguramente habría algunos que solamente querían escuchar novedades, como siempre sucede. El Señor les dice a quienes le rodean que no tengan miedo a quienes matan el cuerpo, sino al demonio, que puede arrojar a los débiles de mente y de corazón, al lugar de castigo.
Yo creo que como católicos tenemos hoy un gran reto, ayudar a abrir los corazones de quienes nos rodean a descubrir la riqueza de una vida digna libre de la levadura de los nuevos fariseísmos que buscan atacar a quienes se descuidan y dejan entrar la semilla del mal en sus vidas a través de raras ideologías que parecen convencer a muchos de vivir una vida de superficialidad. Que María santísima nos ayude a fortalecer la fe y a ponernos en manos de Dios haciendo su voluntad para no temer a los ataques del enemigo. ¡Bendecido viernes!
Padre Alfredo.
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