El Evangelio de hoy (Lc 10,17-24) tiene un fragmento que pronuncia Jesús y que me hace ir directamente al corazón de santa Teresita para reflexionar en la sencillez de su vida ordinaria vivida de manera extraordinaria: «¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!
Yo creo que con santa Teresa del Niño Jesús, deberíamos poder repetir cada día al Señor, que queremos vivir así, de manera sencilla la vida ordinaria para hacerla extraordinaria. Santa Teresita es uno de los «pequeños» del Evangelio que se dejan llevar por Dios a las profundidades de su Misterio. Una guía para todos. Que con su sencillez y bajo el cuidado amoroso de María, demos mucha gloria a Dios haciendo extraordinariamente las cosas sencillas que hacemos cada día. ¡Bendecido sábado!
Padre Alfredo.
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