miércoles, 28 de septiembre de 2022

«Sin excusas»... Un pequeño pensamiento para hoy


Hoy miércoles 28 empieza en la parroquia el novenario de preparación para la Fiesta Patronal de Nuestra Señora del Rosario en el cual los 9 sectores territoriales de la comunidad parroquial se harán presentes todos los días para participar en la Santa Misa que a las 7 de la tarde de cada día será presidida por un sacerdote invitado. El tiempo ha corrido muy de prisa y cuando menos esperamos ya estamos inmersos en esta celebración que nos llena de gozo al poder reunirnos a celebrar la fe luego de que ha pasado lo más duro de la pandemia y podemos re-encontrarnos y celebrar bajo la mirada amorosa de María esta su fiesta en la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Les invito, a los de cerca, a acompañarnos presencialmente y, a los de lejos, a seguir las Misas de manera virtual cada día del novenario en la página de Facebook de la parroquia que aquí les dejo: https://www.facebook.com/NtraSraDelRosarioSanNicolas

Dentro de este novenario, seguiremos, en este pequeño pensamiento, reflexionando sobre el Evangelio que cada día nos ofrece la Liturgia de la Palabra de la Misa. Hoy lo hacemos en torno al pasaje de Lc 9,57-62 que toca el tema del seguimiento incondicional de Cristo. Jesús exige una unión incondicional con él y una superación de todo lo natural. La tierra no es el espacio de Jesús. Él camina hacia la resurrección pasando por la muerte y aquellos que queramos seguirle debemos estar conscientes de que nos apuntamos al mismo destino. Jesús, encarnación del Amor, no tiene lugar en una tierra de odio, no tiene casa, ni ciudad, ni pueblo. Él es la entrega total, el que camina a Jerusalén, el Hijo del hombre, cuya patria no es la tierra sino el cielo. La cercanía del Reino que nos ofrece Cristo exige la superación de todos los deberes, aun los más sagrados. La urgencia del Reino es tal que ya no queda tiempo, ni para despedir a los familiares. Para seguir a Jesús no se puede apartar la mirada de la meta. No valen para el Reino los que dan importancia a lo que dejan. Solamente valen aquéllos que llenan su alma con su destino de servicio y de entrega. El seguir a Jesús exige el «en seguida» y el «totalmente». (Mt 4. 20; Ga 1. 16; 1 Co 9. 24ss.).

Muchos de los que aspiraban a ser seguidores de Jesús en los relatos evangélicos, nunca pasaban de la buena intención. Hoy sucede lo mismo. La mayoría se rezaga en el camino; les interesa de alguna manera el llamado de Jesús, pero las preocupaciones inmediatas perturban el caminar tras el Señor. Para el que quiere, siempre habrá excusas. Pero el que quiere seguir a Jesús, encontrará siempre la manera de resolver los pendientes para ponerlo a Él en el primer lugar. Las exigencias dirigidas a los discípulos fueron efectivas en el pasado y hoy conservan todo su vigor. El llamado requiere decisión, entrega y responsabilidad. Sólo los seres humanos dispuestos a ser libres se incorporan a la comunidad de discípulos y emprenden el camino del Maestro. Pidamos a María Santísima que nos ayude a responder con un «sí» inmediato a la llamada de Jesús a seguirle. ¡Bendecido miércoles y los esperamos en nuestro novenario!

Padre Alfredo.

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