martes, 6 de septiembre de 2022

«Orando bajo la lluvia»... Un pequeño pensamiento para hoy


Antes de que empiece a escribir sobre el tema de hoy, quiero dar gracias a Dios junto con todos ustedes, porque Dios escuchó nuestros ruegos y nos mandó el don de la lluvia. Según se ve, va a seguir lloviendo estos días. Este domingo pasado nuestro Buen Dios me protegió porque en medio de la lluvia torrencial pude ir de San Nicolás a San Pedro y regresar para celebrar allá el funeral de don Arturo Gerardo Zertuche Lankenau. Gracias a esta lluvia torrencial, ha aumentado al 40 % el nivel de presa e La Boca, una de las principales abastecedoras de esta región. ¡Bendito sea Dios!

Ahora sí voy al evangelio de hoy (Lc 6,12-19) que nos narra la elección de los apóstoles y me detengo en el comienzo del texto, que empieza diciendo que antes de escogerlos «Jesús se retiró al monte a orar y pasó la noche en oración con Dios». Esto me invita a compartir con ustedes los momentos que san Lucas en su evangelio nos muestra a Jesús en oración: El día de su bautismo en el Jordán por Juan Bautista (Lc 3,21). Cuando grandes muchedumbres se reúnen para oírle y pedirle curación (Lc 5,16). La víspera del día que eligió a sus apóstoles (Lc 6,12). Inmediatamente antes de pedir a Pedro su «confesión de Fe» en Cesarea (Lc 9,18). En la montaña de la transfiguración, muy poco antes de anunciar su muerte (Lc 9,28). Al regreso de los discípulos de la primera misión que hicieron ellos solos (Lc 10,21). Inmediatamente antes de enseñar el "Padre nuestro" a sus discípulos (Lc 11,1). Antes de la Pasión para que no desfalleciera la fe de Pedro (Lc 22,32). Durante su agonía en el huerto de Getsemaní, de noche (Lc 22,41). Mientras era crucificado, para pedir el perdón de sus verdugos (Lc 23,34) y en el último segundo antes de entregar su alma en las manos del Padre (Lc 23,46).

Nosotros... ¿Cuándo oramos? ¿Cómo es nuestro diálogo con Dios? No debemos olvidar que Dios es nuestro Padre amoroso como lo es de Jesús y quiere saber de nosotros. Si nos fijamos, Jesús se dirige a su Padre antes de cualquier momento intenso en su vida. Como sus hijos, podemos pedirle a nuestro Padre Celestial su ayuda y guía en nuestras vidas. Que María santísima, mujer de oración profunda, nos ayude. ¡Bendecido martes!

Padre Alfredo.

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