jueves, 8 de septiembre de 2022

«La fiesta de la Natividad de la Virgen María»... Un pequeño pensamiento para hoy


La Natividad de la Virgen es una de las fiestas marianas más antiguas de la Iglesia y se cree que su origen está ligado a la fiesta de la dedicación, en el siglo IV, de una antigua basílica mariana de Jerusalén, sobre cuyas ruinas fue construida en el siglo XII la actual iglesia de Santa Ana. La tradición dice que en este lugar estuvo la casa de los padres de María, Joaquín y Ana, donde nació la Virgen. Aunque en los Evangelios no hay datos que confirmen esta fecha ni los nombres de los padres de María, la tradición toma del Protoevangelio de Santiago, un escrito apócrifo del siglo II los nombres de Joaquín y Ana que la tradición ha heredado hasta nuestros días.

Considerando que María santísima fue descendiente de David, es altamente probable que haya nacido en Belén; aunque otras tradiciones, como la griega o la armenia, ubican la cuna de María en Nazaret. El cumpleaños de la santísima Virgen se celebra en Oriente desde el siglo V y en Occidente desde el siglo VII. En Roma, la fiesta se celebraba con una procesión en la que se recitaban las letanías a la Virgen y que concluía en la Basílica de Santa María la Mayor. Ciertamente hay numerosas evidencias del profundo amor que los discípulos–misioneros de Cristo profesamos a María desde antiguo, y de la importancia dada a esta fiesta que hoy celebramos conmemorando el nacimiento de la Madre de Dios. La fiesta de la Natividad de la Virgen es una excelente oportunidad para que reflexionemos sobre la propia vocación, sobre el llamado que Dios nos ha hecho desde nuestro nacimiento a hacer en todo su santísima voluntad como María. Toda la Iglesia cantará la alegría que el nacimiento de la Madre de Dios trae para nosotros. 

El Evangelio de esta fiesta se toma de san Mateo (Mt 1,18-23), que nos habla de la concepción de Jesús en el seno de María por obra y gracia del Espíritu Santo. Esto debido a que, como digo, no hay datos en el evangelio del nacimiento de la Virgen y precisamente esta Niña a quien hoy celebramos es la «Virgen» que «concebirá y parirá un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que quiere decir 'Dios con nosotros'» (cf. Is 7, 14; Mt 1, 23). El Señor la ha predestinado a estar íntimamente asociada a la vida y a la obra de su Hijo unigénito. Por esto la ha santificado, de manera admirable y singular, desde el primer momento de su concepción, haciéndola «llena de gracia» (cf. Lc 1, 28); la ha hecho conforme con la imagen de su Hijo: una conformidad que, podemos decir, fue única, porque María fue la primera y la más perfecta discípula–misionera de Cristo. ¡Feliz cumpleaños a María Santísima en este bendecido jueves eucarístico y sacerdotal!

Padre Alfredo.

P.D. Muchas felicidades a mi cuñada Yoyina y a mi sobrina Ileana que hoy cumplen años.

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