jueves, 1 de septiembre de 2022

«Cuando el tiempo pasa aprisa»... Un pequeño pensamiento para hoy


Empezamos hoy un nuevo mes. Al paso que vamos, cuando menos pensemos, llegaremos al fin del año. Hay estudios psicológicos que afirman que entre más años cumplimos más rápido parece ir el tiempo, aunque éste lleve la misma velocidad. Ya no tardan los comercios en sacar a la venta las cosas para Navidad, si no es que ya están y como a mí no me gusta ir a las tiendas no me he dado cuenta de ello. El caso es que vamos de prisa y hay que ver si en medio de estas prisas vamos también de prisa buscando la santidad, corriendo por alcanzar el Reino de los Cielos que se puede empezar a establecer desde aquí.

Para Cristo era importante el tiempo y su uso, él también fue de prisa recorriendo poblados y ciudades anunciando eso, la llegada del Reino. Hoy en el Evangelio (Lc 5,1-11) lo contemplamos urgiendo a los apóstoles a llevar la barca mar adentro, aunque Pedro le alega que ya han tratado de pescar toda la noche y no han logrado nada. Parece que han perdido el tiempo y este avanzó con inmensa lentitud... ¡tiempo perdido! Pero Jesús les hace ver que el tiempo sigue corriendo y la pesca resultará todo un éxito. Seguramente ese momento sí les pasó muy de prisa.

Es que no es lo mismo vivir el tiempo a solas o lejos de Dios y sus disposiciones, que hacerlo con él y siguiendo lo que nos invita a realizar. Me parece que a los que vamos caminando en este dinamismo del Reino el tiempo pasa rápido porque vamos de la mano de Cristo. Cierro esta breve reflexión con una oración: «Señor, dueño del tiempo, Tú nos has seducido porque eres un Dios de ternura, con la solicitud por nosotros y nuestro tiempo. Tu amor se ha hecho pasión para revelarnos tu proyecto: prendernos en las redes de tu benevolencia. Haz que sepamos abandonarnos a semejante pasión: danos aprovechar, acompañados de tu Madre santísima, el tiempo que nos das. Amén». ¡Bendecido jueves sacerdotal y eucarístico!

Padre Alfredo.


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