lunes, 7 de febrero de 2022

«Todos buscaban a Jesús para ser curados»... Un pequeño pensamiento para hoy


El evangelio de hoy (Mc 6,53-56) es una especie de resumen de una de las actividades que más tiempo ocupaba a Jesús: la atención a los enfermos. Son bastantes las noticias que el evangelio nos da sobre cómo Jesús atendía a todos y nunca dejaba sin su ayuda a los que veía sufrir de enfermedades corporales, psíquicas o espirituales. Curaba y perdonaba, liberando a la persona humana de todos sus males. «Los que lo tocaban quedaban curados» termina diciendo la perícopa de hoy. 

No es extraño que a Jesús le buscaran y le siguieran por todas partes, aunque parecía despistarles atravesando el lago con rumbo desconocido. La gente le seguía a todas partes para alcanzar la salud. Y nosotros, que queremos también seguir a Cristo, no podemos descuidar esta faceta: ¿cómo atendemos a los ancianos, a los débiles, a los enfermos, a los que están marginados en la sociedad? Los que participamos con frecuencia en la Eucaristía no podemos olvidar que comulgamos con el Jesús que en el evangelio está al servicio de todos, de modo particular a aquellos por los que mostró siempre su preferencia, los pobres, los débiles, los niños, los enfermos.

Lo mismo que tocando la punta de su manto aquellas personas quedaban curadas, sólo tocando hoy a Jesús encontraremos la fuerza para seguir adelante y seguirle por los caminos de nuestra vida. No es imposible tocarle hoy. Ciertamente no es una persona con un cuerpo como el nuestro. Pero hay dos caminos al menos para encontrarnos con Él y tocarle. Una es a través de la Eucaristía y de la lectura y escucha de la Palabra de Dios. Ahí nos encontramos con Jesús tal y como fue y no tal y como nos gustaría que fuese. La otra manera es acercarnos a nuestros hermanos y hermanas, especialmente a los más pobres y desamparados, a los que sufren. Ellos son hoy sacramentos vivientes de la presencia de Jesús en medio de nosotros. Con María, busquemos tocar a Jesús y alcanzar la salvación para muchos. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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