Sister Carmen nació en el estado de Durango, México, el 23 de julio de 1933. Ingresó a la congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento en un día muy especial, pues era el 12 de diciembre de 1948. Fue aceptada en el instituto que tenía poco de fundado por la Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento en la Casa Madre que están en Cuernavaca, Morelos. El primero de mayo de 1950 inició su noviciado en la ciudad de Puebla y luego, el 4 de mayo de 1952 en la Casa Madre hizo su profesión religiosa de castidad, pobreza y obediencia. La beata María Inés estuvo presidiendo como superiora general estas celebraciones.
Los primeros años de su formación religiosa los vivió en Cuernavaca y en Puebla. Posteriormente, en 1953, fue enviada por la beata María Inés Teresa a los Estados Unidos para estudiar inglés. En 1954, ella junto con otra hermana del instituto, inició la fundación de la primera casa en este país en la ciudad de Gardena, en California. Ahí trabajó junto con las hermanas en la elaboración de manualidades, para el sostenimiento de la casa, a la vez que impartían catequesis y realizaban trabajo pastoral.
El 25 de agosto de 1957 emitió los votos perpetuos y siendo superiora de la casa de Gardena fue nombrada, al mismo tiempo, superiora regional de aquella que, en ese entonces era una región pequeña. En 1962, siendo aún superiora regional, fue enviada a San Gabriel, California, como Maestra de Novicias y Superiora Local, a la vez que prestaba los servicios de secretaria y ecónoma. En 1965, se trasladó, junto con el noviciado, a Garden Grove.
En el año de 1966, regresó a la Región de México, primero como maestra de inglés del instituto Scifi, en Ciudad de México y luego como maestra de novicias y superiora de la Casa de Grevilias en Cuernavaca. En el año de 1969, fue nombrada vicaria regional en México y, posteriormente, superiora regional de 1974 a 1976. En este mismo año, regresó a la entonces, región de California, ahora de Estados Unidos, donde fue vicaria regional y colaboró en la secretaría regional.
En 1980, regresó a México, donde fue superiora de la casa de Guadalajara y allí la conocí. Desde nuestros primeros encuentros, siendo yo seminarista, sembró en mí enseñanzas de la espiritualidad inesiana en la que estaba embebida. En el año de 1983, regresó a Santa Ana, California, para prestar el servicio como Superiora Regional donde estuvo hasta el año de 1994. Allá en California también conviví con ella, por diversas situaciones, en varios encuentros, ejercicios espirituales, asambleas de Van-Clar y otras actividades desde que era yo postulante hasta ser un joven sacerdote. Desde que la conocí pude apreciar el gran cariño e interés que manifestaba en la expresión inesiana de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. Se puede decir que siempre, en nuestro instituto de Misioneros de Cristo, contamos con su apoyo y sobre todo sus oraciones y enseñanzas por nuestra perseverancia.
Allá en California permaneció todo ese tiempo haciendo florecer la región conservándola siempre viva en el espíritu y espiritualidad de la beata María Inés con una gran fidelidad. Fue nombrada Vicaria General de las Misioneras Clarisas, cargo que desempeñó hasta el año 2000, siendo siempre fiel transmisora del carisma inesiano alrededor del mundo, en las naciones en donde la familia inesiana estaba presente.
Podemos decir, que según testimonios y lo que la misma historia nos deja ver, sister Carmen pasó muchos de los años de vida religiosa como superiora local, superiora regional y un periodo como vicaria general, ejerciendo la autoridad con exquisita caridad, según le había enseñado directamente la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento.
A partir de ese año 2000, ya libre de otros cargos, colaboró asiduamente en recabar la historia de la Congregación. Primero, trabajando con un equipo en la historia de la Región de Estados Unidos; donde en el año 2001, por encargo de la entonces superiora general, Teresa Botello Uribe, buscó la pintura original de «La Virgen de la Promesa», cuadro que fue encontrado en Tijuana y que es la imagen ante la cual la beata María Inés escuchó el mensaje de la Virgen que le dijo: «Si entra en los designios de Dios, servirse de ti para las obras de apostolado me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten, me comprometo además por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación, aunque sea tan solo en espíritu, la Gracia santificante y la perseverancia final». Esta pintura se conserva actualmente, con coronación pontificia, en la casa general de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento.
Posteriormente, ayudó a recabar datos históricos y fotografías históricas de la beata María Inés y del itinerario del instituto, iniciando así la Comisión Histórica de la Congregación, en la que trabajó hasta el año 2008 en la Casa Madre, cuando recibió su cambio a la Casa de Guadalajara.
Sister Carmen, entre otras cosas, colaboró arduamente con nuestros hermanos Vanclaristas, tanto en la Región de California como en la de México, tratando de comprender y orientar a la juventud al estilo inesiano echando mano de tantos dones y cualidades que la distinguían en una sencillez de vida que era atrayente para seguir a Cristo al estilo de Madre Inés.
Fue una hermana con una gran fidelidad, amor y lealtad a la congregación. Era muy respetuosa y deferente. Se distinguía además por su generosidad y entrega. Colaboraba con todas las hermanas en los diversos apostolados con gusto y generosidad, siempre con una apacible sonrisa que contagiaba. Las hermanas que la conocieron como formadora y superiora, manifiestan que era paciente y atenta.
En la Casa del Tesoro, en Guadalajara, como hermana ya mayor, fue muy caritativa, obediente, y muy agradecida con las hermanas que, con esmero y cariño, la atendían. Vivía como lo hizo en toda su vida religiosa, siempre serena, con paz y una sonrisa amable. Dejando en las hermanas un testimonio de amor, bondad, paciencia y humildad hasta sus últimos días.
A mediados de 2021, sister Carmen sufrió una caída que fue complicando su salud hasta que, a partir del 23 de enero de este 2022 entró en fase crítica estando ya muy mal de salud.
Llena de paz, en medio de cantos que invocaban la presencia materna de la Santísima Virgen y acompañada de las hermanas de la comunidad, fue llamada por el Divino Esposo para celebrar las nupcias eternas. Así marcó el final de una vida generosamente entregada a la congregación y a la Iglesia.
Descanse en paz nuestra querida sister Carmen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario